lunes 13 de octubre de 2025

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Otro viernes negro alrededor de los bancos de Concordia

Inertes para implementar acciones que ayuden a morigerar la jornada y brindar un servicio aceptable dentro de la situación, a toda vista, extraordinaria que vive la ciudadanía. Hoy las entidades bancarias privadas de la ciudad siguieron trabajando a reglamento, enfrascados en sus burocracias administrativas y rencillas gremiales. No se les cayó – al igual que la vez anterior- una sola idea, durante todo este tiempo, a favor de la afligida muchedumbre que hoy se apersonó, como era de esperar, en las puertas de los bancos para ir a buscar el dinero que tanto le urge.

La gente más humilde, necesitada y apesadumbrada, luchando con sus tarjetas que no funcionan, que no están habilitadas, que se dañaron o perdieron. El único que pone la cara es un guardia, muy amable, del banco Macro; pero sólo puede decirles que entren a la página web para tratar de solucionar el problema, buscar que los atiendan, que les den un turno. Gente que lo queda mirando con los ojos grandes y sin comprender, porque necesita hoy -además viernes-, que no entiende la tecnología, que no la sabe usar, que no la tiene; y viejitos también, que no ven, que no escuchan, que van solos y están parados por horas en el frío, sin sillas, sin un cafecito, sin saber que va a pasar; y mucha otra gente que va por distintas cosas y que tampoco sabe si los van a atender en el horario que dice el turno o una, o dos horas después.

Gente, mucha gente que se volvía sin nada porque nadie las atendía, nadie le daba soluciones. Decenas de personas volviendo a sus casas abofeteadas, doloridas y aterradas. Se iban más pobres de lo que llegaron, porque tuvieron que gastar para venir hasta el centro

Y el policía que se acerca a una de las fotógrafas y le dice que no puede sacarle fotos al banco, porque el banco es propiedad privada; y ella que se rebela y le dice que le está sacando fotos a la gente que está afuera del banco; y el tipo que queda pensando un poco y dice que bueno, que entonces sí, que está bien… Y el viejo Jauretche se nos viene al recuerdo cuando dice que “El vigilante no está puesto para cuidar la liberad de los argentinos sino para impedir que la libertad de los argentinos lastime los intereses de la finanzas.”

Por lo visto todos los argentinos seguimos sumidos a los intereses de las finanzas. La pandemia de coronavirus lo que ha hecho es evidenciarlo un poco mejor.

Mientras tanto el resto del pueblo tratando de laburar, pensando en protocolos y la mejor manera de atender a sus clientes en este período extraordinario. Pensando en cómo cuidarnos y cuidar a los demás, instalando barreras sanitarias, usando barbijos, guantes, alcohol, fregando los pisos, haciendo entrar a los clientes por tandas de 1, 2 ,3, 4 personas según los m2 del local, limitando horarios, dando la vuelta a toda la ciudad para entrar y salir, siguiendo controles tediosos, usando la imaginación, buscando alternativas posibles, cediendo…

Los bancos, en cambio, siguen prodigando sonrisas falsas y mirando a la gente desde el otro lado del vidrio.

 

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