¿AUTOCRITICA O NADA?
Ese grupo identificado con las banderas de los gobiernos de Néstor y Cristina deben haber sacado alguna conclusión respecto a porque Urribarri pudo animarse a instalar la idea que Entre Ríos era una provincia alineada con las políticas de CFK. Urribarri intentó hacerle creer al país que, tal era el grado de crecimiento de la sociedad entrerriana que hasta se animaba a sembrar el “sueño” presentándose como pre-candidato a presidente de la nación, nada menos.
Acaso quienes se decían y dicen militantes K no tuvieron nada que ver con esa jugada, alguna vez le hicieron saber al ahora embajador que su intento era una pésima idea que no se compadecía con nada. Formularon acaso el concepto de que era imposible que su gobierno provocara la más mínima mística militante.
Le hicieron saber lo que algunos periodistas decíamos respecto de la nula sintonía fina que existía entre el gobierno de Urribarri y el de Cristina. Le apuntaron el dato que mientras en el gobierno nacional el ministro Tomada instaba al trabajo en blanco aquí Urribarri promovía el esquema de tercerización laboral y hoy en Concordia un trabajador de la fruta no llega a los $ 15 mil pesos de salario.
Hablar de los resultados de aquella experiencia sería ocioso, están a la vista. Luego del paso de Urribarri por el gobierno, el actual gobernador Gustavo Bordet no perdió las elecciones a gobernador por escasos votos. Y lo que es peor, faltó poco para que el gobernador fuera el piquetero pudiente Alfredo De Angeli. Impensable lo que hubiera significado para nosotros, habitantes de esta provincia, si eso ocurría.
La frutilla del postre fue cuando apenas llegado al poder, Bordet manifestó : «Entiendo que el kirchnerismo es un proceso que terminó el 10 de diciembre”. O sea, la provincia que hasta hacía poquísimo se presentaba como promotora de “un sueño K”, pasó, en cuestión de meses a generar angustia y zozobra por la posibilidad que un personaje como De Angeli tomara las riendas del poder. Alguna autocrítica debe merecer tal situación… ¿piensan igual?
¿Qué pasó para que eso ocurriera, nadie se había dado cuenta, o se privilegiaron más los cargos, los acuerdos entre bambalinas, las roscas?
LOS PROBLEMAS DE HOY Y COMO SE ENFRENTARÁN
La falta de sintonía fina podía ser reprochable en tiempos de Urribarri que se presentaba como un K de paladar negro. De la boca para afuera obvio, Urribarri es un pejotista de pura cepa formado en el concepto bustista de la política, o sea, el concepto de que todo se compra y se vende, la contracara de lo que intentó (con todas las salvedades del caso), construir el kirchnerismo como alternativa a ese viejo peronismo funcional al neoliberalismo que lo tuvo a Menem como su expresión más acabada.
A Bordet no se le puede reprochar falta de sintonía fina. Bordet fue el primero en distanciarse de los K, incluso desde antes de la asunción de Macri. Sin embargo y pese a que la unidad con el kirchnerismo fue lo que le permitió ganar la elección con comodidad en Entre Ríos, Bordet no les dio sino pocos lugares de poder al kirchnerismo provincial.
Es más, el kirchnerismo pudo pelechar algo, gracias al papel jugado por el entonces diputado nacional y actual provincial, Julio Solanas, dirigente con vasta trayectoria peronista que jugó con lealtad y firmeza en la defensa del proyecto de Néstor y Cristina y, también valga el reconocimiento, propio Urribarri que, aunque tarde se dio cuenta de cómo debía jugar.
Al igual que en Concordia, el kirchnerismo se quedó prácticamente con las manos vacías y eso puede traer consecuencias no deseadas. Pero frente a esto la pregunta es ¿cómo operarán?
Por ejemplo, difícilmente Bordet confronte con los dueños del agronegocio en momentos en que se discute el Impuesto Inmobiliario Rural. Una opción es salir a pegarle a Bordet por su pasividad, otra muy distinta, salir a militar una propuesta diferente y difundir lo que señala el último censo nacional agropecuario, donde queda claro que los dueños del agronegocio en Entre Ríos representan a apenas el 5 % de todos los que se dedican a esa actividad. Ese 5 % es dueño de la mitad de las tierras que producen. ¿Nada hay para decir de eso?
Si hicieran esto, disputarían con Bordet sin transformarlo en el enemigo y ayudarían a que la población no vuelva a ser engañada. Esto implicaría organizar charlas, debates, hacia adentro y hacia afuera de los espacios orgánicos. Es decir, militar por la positiva, ayudando a comprender de que se trata, dando la batalla cultural.
Lo mismo debería ocurrir con otro tema que genera rispidez, como lo son las jubilaciones de privilegio ¿estarán dispuestos a hacerlo?. Estarán dispuestos a enfrentarse ya no con Cresto o con Bordet qu,e por más que no piensen igual pertenecen al mismo espacio, sino a salir al ruedo de los verdaderos contendientes ¿lo harán o es más sencillo sumarse a la ola opositora?
No han pasado ni tres meses de gobierno y a juzgar por las protestas ya parece un siglo. Se permitirá que otra vez corran al gobierno por izquierda y derecha para ganar espacio social y luego volver con algún Macri de candidato a destrozar el bolsillo de todos.