Sus afirmaciones fueron difundidas esta mañana por Radio Ciudadana, la radio pública de Concordia que citó como fuente al programa “Cara y Ceca”, que se emite por Radio Uner.
Allí, Hernández dijo, “Fui condenado sin ninguna prueba que me incrimine en nada” y agregó: “Soy respetuoso de la justicia, pero se han equivocado muy mal”.
Vale decir que, independientemente de la convicción de Hernández, la condena fue el producto de una larga investigación en la que circularon audios que no dejaban lugar a dudas de las vinculaciones nonc-santas entre esa dirigencia política y el narco Tavi Celis. Incluso se llegó a conocer que la droga era transportada en camiones de la municipalidad de Paraná.
Igualmente, Hernández no se amilanó y dijo “debemos confiar en las instituciones, pero la justicia tuvo todos los elementos para buscar la verdad y, lamentablemente, miró para otro lado. Quedó demostrado en forma contundente que Pablo Hernández es inocente; no solo lo demostré al momento de declarar, sino que también lo hicieron mis abogados (Emilio Fouces y Milagros Serra Cullen) en los alegatos y con los testimonios que se dieron en el juicio. La fiscalía me acusa por financiamiento y el tribunal termina condenando por algo que no tiene nada que ver. ¿A quién se le puede ocurrir que Pablo Hernández pueda participar en el comercio de estupefacientes? Es un disparate”, remató.
En cuanto al dardo contra la exministra Bullrich, el exconcejal lo señaló de este modo “creo que en todo esto hubo una mano negra que quería boicotear una posible candidatura de Sergio Varisco a gobernador”, y aquí el dardo, “hubo testigos que manifestaron intenciones espurias”. Como se conoce, los abogados de Varisco denunciaron penalmente a la Bullrich.
Otra que sufrió el embate fue Luciana Lemos, ex pareja de Celis, cuyo testimonio fue clave para sostener la acusación. Sobre ella señaló “obviamente que ella nunca iba a decir la verdad, le convenía mentir. Ella mintió, inventó una historia y perjudicó a gente inocente. Si decía la verdad tenían que darle, por lo menos, diez años. Quien iba a pensar que se iba a sincerar en el último día del juicio, si jugó con la justicia desde el primer momento”.