Terminado el año electoral desde nuestra ciudad podemos decir que Nación, Provincia y Municipio (ahora) son de un mismo color político. Ganó la democracia por sobre todas las cosas pero con ella ganó también la esperanza de los que ya no tenían ni siquiera eso.
Ahora, estimado lector, seguro te estarás preguntando: ¿y los resultados en la provincia, en el departamento y en la ciudad?, ¿cuál es el análisis? Café de por medio será suficiente para que varias opciones de análisis lleven a muy diversas conclusiones. Todo dependerá de quien pague el café.
Lo cierto es que el justicialismo como expresión local siguió creciendo en caudal electoral desde junio -cuando ganó Oliva- a hoy en más de 1000 votos (demostrando mucha fidelidad del electorado consolidando una opción).
El triunfo de Martin Oliva el 09 de junio, que nos permitió retener la intendencia para el PJ de manera consecutiva desde el año 1987, cobró mucha más importancia con el resultado del pasado domingo en la mano.
¿Cuál es la explicación de esto? Tal vez requiera de un análisis algo más sociológico que político para responder la pregunta, lo cierto es que el electorado con su expresión en las urnas, algo nos está queriendo decir, si bien el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes, cada dos años se expresa en las urnas y cuando lo hace habla con mucha fuerza.
El voto se está definiendo cada vez más de una manera selectiva, aun soplando contra el viento del actual sistema electoral. El advenimiento de la boleta única como en Santa Fe o Córdoba de la mano de la reforma política en Entre Ríos será todo un desafío para el tiempo que viene cuando de arquitectura electoral se trate. Probablemente se deba ganar más territorio en la comunicación y más comunicación en el territorio.