
“Cabe destacar que en el momento que el Ejecutivo continuar con el contrato, allá a principios del año 2016, ya se estaban mencionando las irregularidades que la empresa tenía al habérsele otorgado la concesión”, dijo.
El edil recordó que la empresa se postuló para realizar una “marina” en referencia a una especie de guardería náutica en los galpones del puerto. El edil admitió que tal vez ese propósito no iba a funcionar, pero ese era el objeto de la misma. Al mismo tiempo, sostuvo que muchas empresas hubieran querido participar, pero vieron que se debía realizar una inversión importante. En consecuencia, decidieron no participar por no poder cumplir. “Esta empresa si participio y nunca hizo la marina ni cumplió con el objetivo del pliego. Fue claramente una violación al contrato y al pliego”, recalcó.
También puso en evidencia la promesa de la puesta en marcha de una confitería. “Iba a ser un lugar donde ir a tomar algo donde se pueda disfrutar del puerto pero siempre su objetivo fue el boliche”, indicó.
“Ya cuando empezó la concesión, ellos no habían pagado el canon. Estaban demorados. No habían hecho las obras que habían prometido y no las hicieron nunca porque nunca hicieron la infraestructura para hacer una marina ahí en los galpones”, sostuvo. “Es decir que había una serie de incumplimientos desde el nacimiento de esa relación. Era una situación bastante vidriosa, bastante sospechosa en lo que tiene que ver con el otorgamiento de esta concesión”, añadió el edil radical.
Más adelante, el concejal sostuvo que es hora de que se realice una concesión bien hecha del lugar, donde los interesados participen de una licitación que no esté amañada. Y que lo que figure en el contrato se cumpla.
“Parece que los galpones están malditos”, dijo. en ese sentido, no es la primera vez que un concesionario se queda con los galpones para realizar una inversión que luego no se concreta. Basta recordar en la década de los 90, cuando el intendente era Jorge Busti, que la firma Puerto Concordia SA la que le otorgaron ambas edificaciones para que funcione un astillero. Pero nunca se llevó adelante tal emprendimiento y la municipalidad recuperó le predio a principios de 2000, en la intendencia de Hernán Orduna. “parece que sale una y entra otra y siempre hay algún vivo que quiere aprovecharse”, mencionó.
“Ahora nos enteramos que, además de los incumplimientos, lo que hicieron fue vaciar la empresa e intentan vender solamente la concesión. Es totalmente atinente y oportuno que demos un mensaje como la rescisión del contrato porque este contrato no tendría que haber sido firmando nunca dado que fue totalmente contrario a todas las normas administrativas que pueden existir. Fue un claro privilegio dado a unos pocos vivos que se cansaron de hacer dinero en la ciudad de Concordia y ahora buscan retirarse. Y ni siquiera pagaron las tasas comerciales”, mencionó Benítez.
Al mismo tiempo, el edil dijo que la empresa Puerto Príncipe fue una mala explotadora del servicio dado que no cumplió con lo prometido. “Nunca desarrolló los otros objetivos que tenían en el pliego de licitación”, dijo.