“La situación no ha cambiado mucho respecto del lunes. Estamos esperando que termine la volatilidad cambiaria y haya más certezas sobre el nuevo valor del dólar. También esperan los productores de trigo que no están vendiendo. Por ahora las empresas están entregando los pedidos de harina pendientes de la semana pasada, algunas ya corrigen precios según el tipo de cambio y otros entregan con remito abierto, para después pasar el precio”, explicó a este diario Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera. Ese es el cuadro de situación de la harina, insumo clave en la canasta básica.
Desde el sector textil, Marco Meloni cuenta que “nadie vende, nadie compra. No hay precio. Nadie quiere comprar cheques porque no hay pesos billete. Se está rompiendo la cadena de pago y vienen más cheques rechazados”. En tanto, Juan Cantarella, director ejecutivo de la cámara de autopartistas (AFAC) explica que “hay muchos problemas en la cadena de abastecimiento, en algunos casos por falta de entrega de materias primas, sobre todo en el rubro de los plásticos, y en otros por los precios que las terminales siguen pagando con el dólar ´viejo´”. Es decir, mientras los autopartistas deben comprar a sus proveedores con dólar a 60 pesos, las terminales todavía no reconocen el aumento y les pagan con el billete verde a 46 pesos. Eso genera un agujero financiero en las empresas.
En el sector del mueble comentan que “hay muchas empresas que están esperando para definir precio. El primer problema no será asimilar el dólar a 60 pesos sino las tasas del 75 por ciento, que va a llevar al descuento de cheques a un nivel de locura, no se sostiene el capital de trabajo de la empresa”.
“La cadena de pagos está suspendida. No hay entregas nuevas porque no hay precio, y al que necesita mercadería se la entregan a precio abierto. Ahora bien, el stock que tiene el comerciante lo trata de defender y los aumentos van del 17 al 30 por ciento. Se preve que nadie va a poder pagar los impuestos, todo lo recaudado por ventas será para cubrir cheques ya emitidos y lo que resta (que va a ser poco) para conseguir algo de mercadería pagando al contado. Hay gran incertidumbre”, explicó a este diario Vicente Lourenzo, integrante de la Comisión de Problemática Pyme del Consejo de Ciencias Económicas de CABA.