El suboficial Acosta cumple actualmente prisión preventiva en modalidad domiciliara y con tobillera electrónica a la espera de que quede firme la condena de 18 años dictada el 25 de septiembre del 2018 por los jueces Alberto Funes Palacios, Yves Bastian y Carolina Lopez Bernis, por el homicidio de Sebastián Briozzi (20), ocurrido dos años antes en la esquina de Quintana y 25 de Mayo.
‘Gatillo fácil’
En la madrigada del 25 de septiembre del 2016, Sebastián Briozzi y su hermano Pedro (18) regresaban de un boliche bailable ubicado en la costanera de Concordia cuando comienzan a ser perseguidos por un patrullero al mando del suboficial Acosta y otro uniformado. En ese contexto, y en un claro ejemplo de “gatillo fácil”, Acosta dispara a la camioneta Chery que conducía la víctima y lo mata de un balazo en la nuca.
A pesar de que se intentó desde un primero momento entorpecer a la justicia con armas plantadas en la escena del crimen, con acusaciones a hacia la víctima y excusas improbables como que Acosta había trastabillado, las pericias realizadas por Gendarmería Nacional demostraron que el uniformado estaba en posición de disparo, que no había armas en la camioneta de los jóvenes y que Acosta había disparado con total conciencia de sus actos.
Dos años después del hecho el acusado fue condenado a 18 años de prisión por homicidio simple y se encuentra con prisión preventiva y domiciliaria a la espera de que los jueces de Casación resuelvan el martes 14 de mayo, si queda firme o no la sentencia.