Alejandrina padecía una infección urinaria que no pudo ser redimida y luego se complicó debido a que le afectó la parte renal y el sistema cardíaco. "Era un cuerpito muy golpeado. Muy dificil lidiar con un cuerpo de esa edad", dijo.
“Se fue una luchadora que, si bien había pasado a cuarteles de invierno porque estaba postrada, estaba con su cabeza muy lucida, pensando en todo lo que falta sobre los derechos humanos. Sobre los compañeros que todavía no han aparecido”, dijo Maschio. “Puede haber considerado él que era hora que la disfrute un poco él también de lo que yo estaba disfrutándola acá”, añadió.
El 30 de junio del año pasado, los restos de Raúl Ramón ‘Tito’ Maschio, fueron inhumados en el Cementerio Nuevo luego de ser identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Su cuerpo estaba enterrado como NN en el cementerio de La Plata. Tenía 22 años y estudiaba Psicología en la UNLP (Universidad Nacional de La Plata). El 6 de diciembre de 1977 fue secuestrado en el marco del “Operativo Escoba”, en el que participaron cuatro o cinco autos, según los relatos de los vecinos, de los que bajaron hombres de civil y se lo llevaron. Raúl fue visto en el Batallón 601 de Comunicaciones de City Bell.
Luego de más de 40 años de espera, el 4 de mayo del año pasado, Alejandrina fue notificada de la identificación de los restos de su hijo. Luego de casi dos meses de espera debido a trámites con la Justicia, el cuerpo llegó a Concordia el 30 de junio. “Lucho mucho tanto mi vieja por él como él en su momento luchó por todos. Era hora que se den las charlas que se estaban debiendo”, señaló.