‘Me mandaba vídeos pornos y fotos tocando a sus pacientes’

En febrero del 2018, Martin García y su esposa, Yamila Galimberti, llegaron desde Concepción el Uruguay al consultorio privado de Daniel Ojeda, el mismo que fue allanado el lunes, para que le practicará una lipo aspiración en el abdomen, panza y piernas. "Llegamos recomendados por una amiga de mi mujer que se había operado con él por una cuestión de salud, no de estética, y le había ido bien", comenzó García. "La verdad es que cuando vi el consultorio no me gustó en lo mas mínimo, pero mi mujer insistía en hacerse la práctica y ella decidió seguir adelante", agregó. "A mí no me pareció barato y no fuimos ahi por eso, me cobró 35 mil pesos y no era mucha diferencia con otros cirujanos. El se vende muy bien y seguimos adelante", comentó. 

"Demoró un rato largo en hacerle la intervención y cuando ella despertó de la anestesia esperamos alrededor de una hora y nos volvimos a Concepción del Uruguay, con el compromiso de que Ojeda iba pasar dos o tres veces por semana para verla. Ella por supuesto que estaba muy dolorida y toda marcada, pero uno piensa que es normal por la intervención", continuó. "Ya la primera vez que tenía que verla, faltó y después ni habló ni respondió el teléfono por varios días. Yamila estaba realmente muy dolorida, los días pasaban y empeoraba y él me decía que era normal, que ya se iba a desinflamar, que le había sacado mucha grasa, que había que esperar y que no estaba en la ciudad", afirmó.

"Además de chanta es un degenerado"

"Unos días después de la operación, me empieza a mandar videos y fotos pornográficas de clientas y pacientes suyas a las que les tocaba la cola u otras partes del cuerpo. Me decía que muchas de ellas les habían pagado 'con carne' y entre las que fotos que me mandaba a mí, estaba la amiga de mi esposa, y yo sabía que era imposible lo que él decía. Ahí enloquecí porque pensé que lo mismo podía hacerle a mi mujer, pero me quedé en el molde porque él tenía que seguir viéndola", aclaró. "Cada vez que lo veía me decía que algunas mujeres podían pagar con lo que quieran, que él era accesible y cosas así. Además, también alardeaba con que tenía mucho dinero, autos de alta gama y propiedades pero todo a nombre de su mujer, así nadie lo molestaba ni le podía hacer nada", comentó. 

"En otra oportunidad, como yo tengo una casa de venta de teléfonos celulares me ofreció para que a algunas ventas las pase por un PosNet inalámbrico que él tiene de un sindicato, así, él las cobraba y después me daría la plata. Por supuesto que era para negrear", afirmó. "Yo la verdad es que no lo podía ni ver, pero mi esposa estaba en pleno tratamiento y me lo tenía que comer. Uno puede pensar que el tipo es cualquier cosa pero si no entandes nada de medicina ni de estética no sabes qué hacer", argumentó. "Con el tiempo y viendo como le quedó a mi esposa la operación, que el aparecía cada tanto, más las cosas que decía de sus pacientes,  entre las que estaba la amiga de mi esposa y mi esposa, yo la verdad es que no lo podía soportar". 

"Hizo un carnicería"

"A todo esto, faltaba aún mucha parte del tratamiento, mas otra operación y yo cada vez discutía mas, ya lo había amenazado con pegarle y cosas así. Mi esposa estaba terriblemente dolorida y él no venía a atenderla a Concepción, otro cirujano que la vio me dijo que estaba todo mal y él me enseñó a desinfectarla, cambiarle las gasas y todo eso. Pero lo peor es que ella apenas podía caminar y ya habían pasado como tres meses", añadió "Ojeda siempre decía que cada persona reacciona diferente. Que era lo normal y que la estaba esperando para hacerle el resto de lo que habíamos arreglado. Nos dijo que teníamos que empezar de cero, entendiendo nosotros que él era el médico, que sabía lo que hacía y teníamos entonces que confiar"

En ese contexto, García recordó que el cirujano le había aconsejado hacer los drenajes linfáticos como parte del tratamiento y ahí es cuando la gente empezó a decirle que algo no estaba bien. "Yamila  se hizo después la lipectomía, que es el estiramiento de toda esa piel que queda después de la lipo. El la cortó como si fuera una cesárea y ahí sacó piel de un lado y puso en otro, dejó mucha piel colgada. Un desastre. Hizo una carnicería con ella", manifestó. "Fue horrible para nosotros porque ella se sentía culpable por querer hacerse la lipo, yo por no pararla y cosas así. Uno cree que de última va a demorar más tiempo en curarse y queres confiar, pero la verdad es que le destrozo el cuerpo, la piel, el ánimo, todo. Y por supuesto no apareció más. Yo quería matarlo"

"Un juico te lleva años y mucha plata, pero si lo tocas, vas preso al otro día"

Finalmente, García reconoció que se dedicó por completo a curar a su esposa y que ella fue asistida por otros médicos. Además, recordó que cuando quiso hacer la denuncia en la justicia, los mismos abogados le dijeron que llevaba mucho tiempo comprobar cada cosa y mala praxis. "Y yo la verdad es que no tenía tiempo, ni ganas para andar de audiencia en audiencia y esperando que él se presente. Así que en cierta forma, lo dejé pasar. Realmente quería esperarlo y agarrarlo a trompadas, pero es como todos dicen: Si lo tocás vas preso vos", bromeó. "Pero ahora que surgió todo esto sí voy a denunciarlo, para que el juez tengan una causa más contra él", comentó.  "Cuando empezamos a ver la cantidad de denuncias que había y ni hablar el caso de la señora que falleció, uno se pone a pensar que si bien dejó a mi mujer llena de cicatrices y marcas, al menos está viva", concluyó

Vale aclarar que DIARIOJUNIO tiene en su poder fotografías, audios, capturas de pantallas y demás elementos que el denunciante presentó también en la justicia para agregar pruebas al relato. No obstante, las mismas no serán publicadas por discreción ya que se trata de imágenes fuertes y privadas. 

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