Jáuregui destacó que los familiares lograron poner el foco de la investigación en Corrientes además de lograr recursos de logística cedidos por el gobierno nacional. E incluso una recompensa para quien aportase datos. “Nosotros aportamos todos los elementos a los fines de que quede claro la posición de las dos víctimas, de las dos mujeres, de los desaparecidos en términos de incorporar a la causa los últimos datos que se conocían”, dijo. No obstante, a un año de la desaparición, “los resultados hablan por sí solos”.
La claves del caso
- La hipótesis más importante: el abogado dijo que desde un primer momento plantearon una línea basada en la “lógica criminal elemental”, y no por datos concretos dado que las esposas de ambos desaparecidos no sabían nada, relacionada con la probabilidad de que traficasen “otro tipo de mercadería que no sea ropa”. En ese sentido, Jáuregui dijo que se inclinó en pensar que estaban vinculados al cambio de divisas. “Era muy probable que eso era conocido por las bandas que operaban en la zona porque esto quedó corroborado y lo dijo públicamente la ministra (Patricia) Bullrich en aquella época cuando se reunió con nosotros que ellos estaban siguiendo el rastro de varias bandas que actuaban en la frontera”, dijo. “Si esa información llegó a conocimiento de esas bandas, nos marca claramente el móvil”, señaló. No obstante, recalcó que sigue siendo una hipótesis porque no se avanzó nunca.
- El papel de la Justicia correntina: Jauregui dijo que el reproche de los familiares se debe dirigir “exclusiva y excluyentemente” a la Justicia correntina. “No encuentran la punta del ovillo y se manejan de una manera extremadamente lenta no dándoles la repuesta jurisdiccionales que las familias requieren”, dijo. Y añadió que la fiscalía que interviene ha cambiado y eso trajo como consecuencias más demoras. Además, centró en la necesidad de hacer un esfuerzo por las víctimas que son quienes reclaman el esclarecimiento del hecho y que la verdad “salga a la luz”. Pero admitió que es muy difícil trabajar en una causa a distancia.
- Demoras en la investigación: los familiares estuvieron “dando vueltas” entre Concordia y Corrientes por la competencia judicial del caso dado que no estaba claro quién debía hacerse cargo de la investigación. “Hasta que arrancó allá y luego cambiaron de fiscal. Es una situación realmente lamentable por la que tenemos que atravesar en estos momentos”, dijo.
- Recompensa sin resultados: en febrero pasado se ofreció una recompensa de $ 200.000 pata quienes aportasen datos sobre el paradero de los dos concordienses. El abogado dijo que llama la atención la absoluta ausencia de algún testigo dado que a la camioneta la vieron varias veces en el lugar. “durante una semana incluso recorriendo”, dijo. Para Jáuregui hay muchos testigos que tenían información y n han aportado datos. “Si uno reflexiona un poco, debe haber gente que sabe y que no quieren decir. La cosa puede ser más grande de lo que uno imagina. Este tipo de bandas operan en forma mixta. No quiero decir que sea este el caso, pero muchas veces hay gente del delito y de las fuerzas de seguridad local trabajando en conjunto”, dijo. No obstante, subrayó nuevamente que se trata de una hipótesis dado que “no hay elementos para acreditarlo con certezas porque esa certeza la tiene que lograr un fiscal investigando”. Y añadió que, hasta que eso no ocurra, desde Concordia no se puede avanzar “más de lo que se ha hecho”.
- Casos irresueltos: el transcurso del tiempo se convierte en enemigo de la resolución de los casos. El sistema judicial comienza con un caso, pero las acumulaciones de causas hacen que las más antiguas vayan perdiendo vigencia y queden acumuladas en algún rincón. Jáuregui dijo que eso revela la impotencia de un sistema cuando colapsa y prioriza lo urgente y deja de lado lo importante. “Actúan por la presión mediática, por el impacto de las noticias y la opinión pública”, dijo. Transcurrido el impacto inicial en la opinión pública, el caso comienza a perder vigencia hasta caer en el olvido. “Esperemos que esto no ocurra así”, dijo.
- La camioneta: la Peugeot Partner apareció en octubre de 1017 quemada y desarmada en una zona rural cerca de Gobernador Visaroro. En algún momento se analizó la posibilidad de investigar a los desarmaderos de la zona, pero no hubo más novedades en esa línea investigativa.