Montangie manifestó estar en conocimiento del reclamo y las quejas de algunos pacientes así como de la existencia de habitaciones “no en el mejor estado”. Particularmente, la nota expone fotografías del estado de uno de los cuartos: cama y el calefón rotos, sin sábanas ni abrigo, tachos de basuras sin vaciar y suciedad. “Por supuesto que nada justifica lo que esa madre denuncia, pero cada vez se hace más difícil soportar los costos de mantenimiento, insumos remedios, sueldos y todo lo que lleva el sanatorio”, lamentó. “Tratamos de tener la mayor cantidad de camas disponibles y en algunos casos eso lleva a que algunas habitaciones no estén del todo adecuadas, pero realmente estamos superados en la cantidad de internación”, remarcó.
En el mismo contexto, el director recordó que a la faltante de camas disponibles y las falencias en el sistema de salud en general los viene advirtiendo desde hace más de 10 años. “Cada vez está peor, todo aumenta sin parar y las instituciones públicas y privadas están saturadas. Tenemos una situación de crisis muy importante en toda la salud, que no es de ahora, sino desde hace mucho tiempo y por supuesto que se acrecentó en el último tiempo con la inflación y el aumento el dólar”, lamentó. “Sólo para dar un ejemplo, nosotros cobramos nuestro trabajo a 90 días y los precios están atrasados, tenemos las dos obras sociales más importantes que son Pami y Iosper pero que no han aumentado a la par de inflación y es imposible mantener todos esto”, agregó.
“La salud es todo un problema y la primer consecuencia es siempre la carencia de todo servicio”, reconoció. “Si yo hablara como empresario, no conviene tener el sanatorio abierto porque si sacas costos, no te da ganancias y se mantiene porque los dueños son médicos”, afirmó. “Pero la realidad es que no hay lugar para internarse ni en la parte estatal ni en la privada y vamos entrando así en un cuello de botella que no se cómo vamos a salir”, concluyó.