El director de Culto de la municipalidad de Concordia, Rafael Blanco, uno de los propulsores de la marcha del 25 de marzo ´a favor de la vida´, justificó la intención del intendente en el Pacto de San Antonio de Padua, que Cresto firmó cuando fue a ver al Papa Francisco a Roma. “En el artículo 5 de ese Pacto, se establece la defensa de la familia como célula básica social y la protección del niño y de la vida desde el momento de la concepción”, comentó Blanco y les recordó a todos los concejales que ellos también firmaron y “de manera unánime”. Sin embargo, y sobre la aclaración de Blanco, Cedro remarcó que ellos se adhirieron al pacto “como una declaración de principios” en general y no como una obligación. “¿Resulta que ahora tenemos que regirnos para la vida por los puntos de ese Pacto”, se preguntó Cedro.
“Los pactos internacionales obligatorios son hechos en el arco de organismos internacionales y si consideran que ese pacto es una obligación, entonces que hagan un planteo judicial”, desafió. “Ya no estamos en la época medieval para regirnos por cuestiones religiosas por encima de las reales y sociales”, aclaró. “Porque si mañana se plantea un concepto a favor de la diversidad sexual también tendríamos que oponernos y decir que no, porque la religión y el pacto plantean el concepto de familia tradicional como papá – mamá – hijo e hija. Totalmente arcaico”, aseguró. “El tema del aborto no punible se discute hace 50 años en Europa, Francia, Italia y un poco menos en Uruguay y ya debería quedar en claro de que se trata de una cuestión de salud pública y no religiosa de la que el estado no puede ser indiferente”
En la misma línea, el concejal aseveró que el Estado “no debe desconocer una situación real” y recordó una afirmación del ex presidente uruguayo, Pepe Mujica, quien decía que “si se asegura la ley del aborto con las condiciones psicológicas, la mujeres que quieran interrumpir su embarazo van a poder pensar y elegir de manera consciente si avanzar o no en su decisión”. Por ello, Cedro coincide en que las consecuencias de “no saber elegir” pueden derivar en la muerte y eso incluye desde la realización del acto sexual protegido, hasta la interrupción de un embarazo si lo deseara. “La religión también deja a los sectores más vulnerables a la deriva porque no se puede dar educación sexual en las escuela, no se pueden proteger el acto sexual y tampoco se puede abortar….y ahí estamos al horno”, subrayó. “Separemos por favor la religión y las convicciones personales con la realidad social que es completamente diferente”, concluyó.
