En el contexto global de máximo desarrollo tecnológico y económico, que genera el fenómeno histórico de mayor concentración de la riqueza, SanCor, una sociedad cooperativa basada en el objetivo de satisfacer las necesidades sociales que dan origen a su actividad, se transforma en una empresa cuyo objetivo es la maximización de su tasa de ganancia. Este hecho consuma claramente el modelo económico de libre mercado que propone el gobierno actual, promoviendo la concentración de la riqueza, desconociendo absolutamente la función mediadora y equilibrante del Estado para llevar equidad y dignidad a diferentes sectores sociales.
Simbólicamente la pérdida en términos sociales de SanCor Cooperativas Unidas Limitadas, nos interpela como sociedad para reflexionar sobre las formas de organización económica y social que priorizaremos hacia el futuro.
Formas organizativas necesarias para compensar un modelo tecnológico y productivo que se avizora con mayorías sociales marginadas de la participación económica y productiva. Y retiros voluntarios para empleados que se cuentan de a miles, como los que se encuentran a la orden del día en Sunchales
Es en este sentido que, en un país que ha generado una pobreza estructural del 30 %, que a futuro exhibe la posibilidad de reemplazar tecnológicamente más del 60 % de los puestos laborales actuales, la forma cooperativa de asociación es una alternativa que como sociedad debemos imponer y defender ante el embate del fundamentalismo económico y tecnológico del siglo XXI. Si descuidamos el mutualismo, condenamos los principios más firmes que sostienen a una comunidad en el más noble de sus sentidos.
Sabido es que la unión hace la a la fortaleza y que destruir ese mutualismo o cooperación, por el contrario, hace al beneficio de la dificultad, o a la concentración del poderío en manos de minorías dominantes, algo que nunca ha favorecido ni favorecerá el progreso de la comunidad. Si los créditos blandos y estímulos están diseñados y propuestos a la medida de las Sociedades Anónimas en desigualdad de oportunidades, se generará poco a poco un escenario de difícil retorno.
A diferencia del Gobierno que comandan el PRO y la Unión Cívica Radical, encabezado por el Presidente Macri, y las entidades bancarias corporativas alineadas, que abandonaron a la lechera a la suerte del mercado; el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, con el gobernador socialista Miguel Lifschitz, y el ex Ministro de Producción, Luis Contingiani, trabajaron sin eco nacional en otra estrategia: la de apuntalar al modelo cooperativo para que pueda "reconvertirse en términos empresariales cooperativos" y poder responder así a la crisis para evitar su desaparición.
Procurar así hallar alternativas superadoras y progresistas junto a la voluntad política de ejecutarlas, es lo que necesita cada vez más nuestro país y sobre todo las nobles economías regionales.
Se trata de un golpe muy fuerte del Gobierno nacional a las prácticas cooperativas, como tantos otros que viene dando desde su llegada a la Casa Rosada, como así, también, a la sustentabilidad social y económica que brinda la unidad para la supervivencia de los sectores más débiles, y que, sin embargo, en el mundo viene advirtiéndose sobre que se trata de la economía del futuro. Nos preocupa sobremanera el contexto social que va generando y la orientación anti-solidaria que promueve el modelo, además importador, del gobierno de Cambiemos.
El proyecto de país no puede estar librado a la voracidad del mercado. Hay otro modelo que es posible construir con la integración de toda la comunidad, basado en el esfuerzo conjunto y la interacción solidaria, donde la satisfacción de la necesidad sea el límite al afán desmedido de lucro. Un país distinto, por el que luchamos y militamos desde el Socialismo.