Dos consecuencias hicieron que desde ambas orillas del río se decidiera comenzar a bajar los decibeles. Por un lado, al copar el tema a la tapa de los diarios, desde el exterior comenzaron a llegar consultas de potenciales (y siempre temerosos) fondos de inversión del exterior. Fueron varias las llamadas desde los centros financieros consultando en oficinas gubernamentales importantes de que se trataba la pelea con los industriales, y cuál sería el alcance. Aparentemente, los días de los enfrentamientos entre los privados y el kirchnerismo aún están frescos en el recuerdo, al menos en el exterior. El segundo motivo que provocó el acercamiento, tal como adelantó ayer este diario, fue una conversación que el jefe de Gabinete Marcos Peña mantuvo con dos directivos importante de la conducción de la UIA, José Urtubey y Daniel Fines de Rioja en el almuerzo anual del Rotary Club de CABA. Finalmente el conflicto se dio por terminado, y se consignó que en el encuentro de la semana próxima estarán presentes Peña y el ministro de Producción Francisco Cabrera; mientras que por la UIA estarán presentes el presidente Miguel Acevedo, Funes de Rioja, José Urtubey y Luis Betnaza de Techint, entre otros.
Arriadas las banderas del conflicto, las partes comenzaron a definir el temario de la reunión del lunes. Desde el Gobierno se les anunció a los industriales que se presentarán, nuevamente, los lineamientos de la reforma laboral, incluyendo el proyecto de blanqueo laboral (que ya tiene el aval tanto de la UIA como de la CGT), los nuevos contratos laborales de corto y mediano plazo, los cambios en los regímenes indemnizatorios y en los términos de seguridad laboral.
Por el lado de los industriales, el temario a llevar a la reunión es más amplio e incluye los niveles de las tasas de interés del mercado formateadas por las Lebac del BCRA de Federico Sturzenegger; a las que se las califica como "desestimulantes para la inversión real". También se reclamará por la manera en que el macrismo maneja la apertura comercial del país (lo que enoja a De Mendiguren). Los industriales se mostrarán activos a una integración mundial e incluso ponderarán que esté abierta la importación de insumos y bienes de capital. Pero se pedirá por productos finales como los textiles y alimentos. Se hablará del 40% de informalidad que se mantiene en el país y la competencia desleal que esto representa, especialmente en el pago de impuestos. Prometerá el Ejecutivo atención directa de Leandro Cuccioli, el próximo titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), y la creación de departamentos de fiscalización de sectores complejos de evasión.
Los industriales también pedirán por la política de liberación de los precios de los combustibles y la influencia que tienen estos aumentos en las naftas en la inflación. La tesis de los industriales será que la política de subas de servicios públicos (electricidad, gas y agua), si bien es compleja, ya está siendo dominada por los sectores privados; pero que lo que está complicando la estrategia al mediano plazo son los aumentos imprevistos de los combustibles que decide YPF primero y luego sigue el mercado. La queja es, en realidad, similar a la de muchas dependencias oficiales importantes.
Si todo sale bien, el encuentro será rubricado con una muy sonriente foto, con Mauricio Macri interviniendo. En definitiva, su despacho está ubicado a metros de donde Peña tiene pensado recibir a los industriales.