Pusieron una bomba, quemaron los vehículos estacionados fuera de la mezquita para que no escaparan, dispararon a todos los que estaban allí incluidos niños y atacaron a las primeras ambulancias que llegaron. Egipto ayer vivió una carnicería.
"Le doy la orden al mayor general Mohammed Farid Hegazy frente a ustedes y todo el pueblo egipcio de restaurar la seguridad y la estabilidad en el Sinaí", dijo el presidente y agregó: "Con la benevolencia de Dios y sus esfuerzos y sacrificios, usted y la policía restaurarán la seguridad y emplearán toda la fuerza bruta, toda la fuerza bruta".
Tanques, vehículos de combate, aviones caza, buques de guerra y helicópteros artillados junto con decenas de miles efectivos han sido enviados durante tres años para combatir a los extremistas.
El estado de emergencia rige el norte del Sinaí desde años y las fuerzas de seguridad evacuaron las zonas cercanas a Gaza, arrasando viviendas y campos de cultivo.
El ataque a la mezquita en la aldea de Al- Rawdah, dejó más de 300 fallecidos, incluidos 27 niños y 128 heridos. El autodenominado Estado Islámico no se hizo responsable del ataque pero los extremistas que lo perpetraron cargaban su bandera negra.