Los datos convierten a Chile en el país con mayor desigualdad de ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sin embargo, ningún candidato se refirió al asunto en el último debate. Cada aspirante contó con tres minutos para ser cuestionados por los cuatro periodistas encargados de realizar las preguntas. Luego, respondieron a cuestionamientos técnicos sobre seguridad, economía, salud y educación.
En una de las intervenciones más controvertidas, Marco Enríquez-Ominami sostuvo que Alejandro Guillier estaba inhabilitado, luego de que en días previos esbozó que en la construcción de la candidatura del senador participaron narcotraficantes, aludiendo al caso de un exalcalde. "Si no quiere hacerlo (apoyarlo en balotaje), no tiene que inventarme crímenes, porque no soy un criminal", respondió Guillier. La confluencia detrás de un candidato en una posible segunda vuelta se confirmó como complicada tras el debate, ya que la otrora unida centroizquierda chilena ahora está dividida entre seis candidatos.
En una transmisión de los principales canales de televisión que se extendió por tres horas, los ocho aspirantes midieron sus fuerzas y apuntaron contra el expresidente Sebastián Piñera y Guillier, quienes son los grandes favoritos para la elección del 19 de noviembre. Los candidatos de centroizquierda buscaron protagonismo en un intento por asegurar su paso en los próximos comicios a un eventual balotaje con el favorito exmandatario conservador, quien centró su discurso en presentarse como la mejor opción para revitalizar la economía de Chile.