El concejal reconoce que todos los bloques tienen el mismo objetivo: regular las fiestas que se hacen en domicilios particulares y que pueden afectar a terceros con ruidos molestos, calles colmadas de autos, falta de seguridad, ingreso de menores, lucro, venta de estupefacientes, etc, pero remarcó que con la redacción “le erraron feo” y que dejan muchos puntos sin tocar, por lo que no sólo no terminan regulando nada sino que “empeoran y fomentan” la situación.
“La ordenanza pone como masivo al segmento que comprende entre 70 y 150 personas”, sentenció Benítez. “O sea que si haces una reunión de 600 nadie te pueden decir nada porque así está escrito y si haces un asado con música, con 71 amigos, ya estás en la ilegalidad”, bromeo. Encima, remarcó que cuando seguís leyendo se puede ver que ni siquiera tocan puntos de seguridad como que si hay una pileta dentro del lugar tiene que estar cercada, o una salida de emergencia obligatoria, o matafuegos, etc. “En una fiesta que puede arrancar con un mínimo de 151 personas en una casa, ante una mala eventualidad puede ser un desastre”
Por ello el radical sugirió que, ante esta situación de mala redacción, conceptos equivocados y que distorsionan el objetivo principal, hoy es más negocio hacer una fiesta privada que junte 1000 personas en una quinta “al libre albedrio” y no perder tiempo en habilitar lugares como boliches y discotecas. “Ahora, si festejas los 15 de tu hija con 100 personas, estás en problemas”
Ordenanzas exprés
“Todo esto tiene que ver con el apuro por aprobar una ordenanza”, denunció el edil. “Se les llama expres porque tienen que salir rápido, como pasó acá: se presentó el proyecto en marzo y estamos en abril y ya salió. Sin embargo, hay otro montón de documentos que hace rato están en el Concejo Deliberante y no le dan lugar”, reclamó y aseguró que esto lo hacen todos los políticos y de todos los bloque porque quieren “sobreactuar” ante un problema emergente para quedar bien con la sociedad. “Las cosas no se hacen así nomas, hay que hacer consultas, pensar, dialogar y expresarnos bien para que las ordenanzas sean claras. Y no es la primera vez que pasa” recalcó y agregó que sus pares se excusan diciendo: “lo vamos acomodando con el tiempo”
No obstante, Benítez informó que para que no le digan que “protesto por protestar”, presentó un proyecto que contempla todo lo que para él le falta a la regulación original: seguridad en piletas, infraestructuras, ruidos molestos e incluso un registro de quienes son los que solicitan hacer las fiestas para tener en cuenta al que siempre las organiza. “Acá hay una visión generalizada con respecto al tema seguridad: por querer satisfacer una demanda, se sobreactúa y el resultado es una legislación mala” sugirió y agregó que se manejan con “la prepotencia del consenso” y de que yo soy el único que está en contra. “El instrumento que se ha elegido para hacer esta ordenanza, deja mucho que desear”.
Publico y Privado
Finalmente, el representante radical aseguró que el concepto para sacar la ordenanza parte mal desde el primer momento con la ignorancia en el concepto de lo público y lo privado: “Privado es el acto que vos haces en tu intimidad y no afectas a terceros, por ejemplo, cocinar: si yo quiero cocinar para 90 personas al mediodía, no molesto a nadie y el estado no se puede meter en eso porque no afectas a terceros. Ahora, si haces una fiesta de 60 personas en una casa, con fines de lucro o no, con música fuerte, estacionamiento desmedido, mugre en la calle, etc, estás afectando a terceros sin importar la cantidad de invitados que tengas”
Por ello, Benítez recalcó que es indistinto el número de personas que participen sino cómo afecta a los demás, cómo velar por la seguridad de ellas y de qué se trata el evento. “La condición de regular no es sólo la cantidad de personas, sino, si afecta a terceros o no”.
