En Federación sólo acuerdan con exportar rollizos menores de 15 cm de diámetro

“Como maderero he planteado que tenemos cierto recaudo a la modificación de la Ley de la Madera. Lo que decimos nosotros es poner condiciones a las modificaciones a la ley que impide la venta de rollizos. Estamos de acuerdo en que se pueda exportar rollizos menores de 15 centímetros de diámetro, rollizos que no son aserrables”, dijo. Además, la modificación les permitiría tener más subproductos para exportar como el chip, el aserrín o la viruta.

El antecedente que se toma en cuenta es la exportación masiva que se realizó entre 1984 y 1989. “No había conciencia, había plantaciones de sobra y no había demanda del mercado interno”, dijo.

“La expectativa nuestra es que se siga forestando. Hemos perdido una masa forestal muy importante por temas varios. Uno fue la reorganización territorial que plantea la ley N° 25.080 que tiene incentivos forestales que en su momento no se organizaron las zonas verdes, azules y rojas las cuales se pueden forestar. Y segundo estamos sufriendo un bache forestal con los eucaliptus de la crisis de los años 2001, 2202 y 2003 y hoy lo estamos padeciendo. Los turnos de corte son de 12, 14 o 15 años, depende de la tierra. Estamos consumiendo más rollizos de los que se están planteando y por eso estamos trayendo el 60 % de la materia prima del sur de Corrientes”, dijo.

Por ello, Corso pidió al Estado un relevamiento y un control de los diámetros y los turnos de corte. Para que el productor plante para maderas que sean enviadas a aserraderos. De esa forma, se le da valor agregado a la madera. “Tenemos que recibir el rollizo y entregando una casa de madera o un mueble. A eso estamos apuntando trabajando como Cámara”, dijo.

Respecto del incentivo por forestación, expresó que antes se lo daba masivamente a los productores aunque no plantasen. Ahora solamente se lo otorga a los dos años de haber plantado y por la cantidad que se logre. “Es decir que si usted presentó un proyecto por 50 hectáreas y nacieron 25, va a cobrar por las 25 hectáreas “, dijo.

Corso sostuvo que las plantaciones generan maderas finas. “Son los famosos raleos. Para tener una idea, una plantación original tiene 1.000 plantas por hectárea. De acuerdo a los raleos pertinentes que se están haciendo en este momento con el mejor aprovechamiento, los mejores diámetros, inclusive con una poda en los años que corresponda. La madera tiene valor cuando no tiene nudo. Para eso tiene que tener raleo, poda. Si se hace todo el raleo sale madera dominada, madera que no va a crecer que va para las celulosas nuestras como Papel Prensa, Celulosa Argentina y el subproducto del chip lo mandamos para Energía; van rodrigones para la zona de los viñedos”, explicó.

“Lo que vemos a veces es que hay una sobreoferta y eso es lo que los exportadores están reclamando de poder tener acceso para poder vender a las papeleras uruguayas”, dijo Corso.

Por otra parte, mencionó que hay otros temas más importantes que preocupan como la presión tributaria, la informalidad laboral de los trabajadores y el acceso al crédito.  En cuanto a los controles sobre la informalidad, Corso dijo que desde la gestión anterior vienen reclamando que se incrementen los mismos pero la respuesta es siempre la misma: no hay personal. En consecuencia, siempre se controla en los mismos lugares. “Es como cazar en el zoológico”, dijo.

Además Corso dijo que el retorno de la inversión se produce a los 12 o 15 años del momento de la plantación. “Da mejor tasa de retorno si usted hace los debidos raleos y podas al debido tiempo. Puede llegar a las 400 plantas con excelente calidad de madera que tiene un valor significativo porque tiene una poda regular. Puede sacar maderas sin nudos que puede ir para decks, para machimbres. En cada turno es madera muy abundante para empresas de acá. Hay como una sobrecarga del raleo de la madera fina. Por eso, incentivando a que el circulo y el negocio sea más atractivo, intentan modificar la ley de la madera”, dijo.

“En los 2008 y 2009 fueron años muy buenos, después hubo un amesetamiento, y en 2002, 2003 teníamos un carga del 21 % y ahora del 41 %. La verdad es que la presión tributaria y encima la transferencia de recursos. Los forestadores allá por los 90 tenían entre US$ 18 y 20 los rollizos y hoy está cerca de los 39 o 40 US$. Se duplicó el valor en 15 años y eso nos ha quitado rentabilidad a los aserraderos. Estamos tratando de mantener el personal. Hemos invertido mucho en capacitarlos y estamos con una capacidad ociosa de un 30 o 40 % en todo lo que es la cuenca del eucaliptus”, añadió el vicepresidente de la UIER.

 Consultado sobre la posibilidad de construir viviendas de madera, Corso dijo que viajaron a Canadá y los canadienses han  venido a desarrollar capacitaciones. “Las viviendas de madera nos tienen que cambiar un poquito la cabeza. La verdad es que es una vivienda digna, con un potencial enorme. En Misiones hay 7.500 casas de madera, más hospitales, más salas de resguardo, salas de emergencia, escuelas”, dijo. Al respecto, dijo que al IAPV hace tres o cuatro años le están reclamando el certificado de aptitud técnica. “Es una decisión política; eso es fundamental”, indicó.

Además dijo que hay lobbys operando en contrario. “En el Inta hay una casa de madera espectacular, nuestra sede en Federación está hecha de madera, una casa de 146 m² la hicieron estudiantes canadienses en 12 días”, indicó. De la misma forma, dijo que la oficina de la empresa es del mismo material de 400 m² de superficie y de una habitabilidad espectacular. “Hay 6°c o 7° c de diferencia. Es muy amigable con el ambiente. Todos hablan del mantenimiento, se hace cada tres o cuatro año como cualquier casa. Se hace con el mínimo de herramientas. Cualquiera puede hacer una casa de madera. Se le puede añadir cosas, es una casa muy buena. Lo que pasa es que siempre pensamos en ladrillo y cemento”, expresó. 

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