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Briceño dijo que el policía acompañante no vio que le apuntaran al imputado ni armas en el auto

“Ayer  al mediodía declaró el imputado y dio una versión que, a nuestro juicio, no se sostiene. Es hasta ridícula”, mencionó. El suboficial dijo que cruzaron el móvil policial en San Luis y Quintana, de sur a norte, para evitar que cruce el vehículo en que se trasladaban los Briozzi. “Se bajan los dos, Elbio Acosta (el imputado) y el acompañante, y les dan la voz de alto. Esquivan al móvil y, en ese momento, Acosta ve desde adentro de la camioneta un revolver”, dijo.

El abogado reflexionó: “figúrese, en velocidad, haciendo una maniobra elusiva al móvil policial, manejando con la mano izquierda y sin rozar el móvil policial ni siquiera subió a la vereda”. Todo el cuadro descripto, para Briceño, es bastante “poco creíble”. La maniobra solamente se podría haber realizado a poca velocidad porque, de lo contrario, se hubiesen subido a la vereda, habrían rayado el vehículo policial o hubiesen volcado.  Además acotó que el auto de los Briozzi tenía los vidrios polarizados. Eso lo llevó a deducir que es “bastante difícil el ver hacia el interior del vehículo”.

De la misma forma, Briceño sostuvo que el policía imputado, cuando se ve apuntado, decide disparar a los neumáticos. Hizo dos disparos a las cubiertas y el tercero “se le escapa porque trastabilla”. Ese razonamiento “contraría la razón”, dijo Briceño, y explicó que “cualquier funcionario policial o persona común nos apuntan en esa circunstancia con un arma y  tenemos un arma, prima la necesidad de preservar nuestra propia vida y no se tira a los neumáticos”.

En ese sentido, el letrado acotó que se configuran dos situaciones diferentes: homicidio en ejercicio de la legítima defensa u homicidio culposo.

Para Briceño, el acompañante del suboficial de policía “sabe más de lo que dice” dado que aseguró no haber visto los disparos. Estaba ubicado a “escasísimos metros” pero sostuvo que no vio cuando sacaba el arma ni cuando efectuaba los disparos ni cuando la guarda o si la llevaba en la mano.  Para Briceño el testimonio es de una “complicidad sospechosa” y por ello se le reconvino para que piense. “Lo que nos interesa es que nos diga la verdad y no procesarlo”, dijo.

Briceño dijo que estaba convencido que el primer disparo fue el que impacto en el cuello del conductor de la camioneta. “Justo cuando elude el control”, señaló. “Y los otros fueron efectuados cuando la camioneta ya se alejaba”, mencionó. Y dijo que se puede probar la secuencia de los disparos analizando el grado de inclinación. “Si la camioneta siguió bajando por calle San Luis no tiene posibilidad de pegarle luego en la ventanilla trasera izquierda”, manifestó.

Además dedujo que fue efectuado a corta distancia aunque no puede precisar si a dos o a cinco metros.  El impacto del proyectil en el vehículo donde se trasladaban Briozzi y su hermano deja un orificio “más bien alargado, no oval típico del proyectil 9 mm, ingresa por la ventanilla trasera y sin tocar el asiento ni el apoya cabezas entra en la anatomía del cuello del conductor”.

Por otra parte, el abogado dijo que el policía no estaba habilitado para disparar porque “no existía un peligro para su vida ni la de nadie”. Reconoció que los chicos “no se comportaron como debieran” pero motivados en el temor de que les quiten la camioneta.

En cuanto al arma encontrada en el interior de la camioneta, señaló sus sospechas de que fue dejada adrede y que no hay un laboratorio como en el primer mundo para que pueda realizar un análisis de huellas dactilares. “Lo que sí es cierto es que los chicos no dispararon; nadie escucha tiros e insisto, el propio acompañante del imputado no lo vio al conductor ni al acompañante apuntar con un arma. Ni siquiera vio el arma dentro del vehículo cuando los sacaron a los ocupantes”, recalcó.

En cuanto al acompañante, el hermano de la víctima, el abogado señaló que estaba muy alcoholizado y aún no prestó testimonio. Y añadió que no está en buen estado. Por ello adelantó que pedirán tratamiento psiquiátrico dado que “hay indicadores de que podría atentar contra su propia vida”.

Briceño se presentó como querellante, ofreció pruebas como observar las filmaciones de las cámaras de seguridad que hay en la zona y pidió que se realice la reconstrucción del hecho. Además señaló que los padres “están destrozados” pero con mucha serenidad, quieren que se esclarezca el tema del arma pero no buscan que “cuelguen al policía”.

Según explicó, el fiscal Fabio Zabaleta está trabajando muy bien, con mucha celeridad se constituyó de inmediato en el lugar del hecho para secuestrar la evidencia  y realizar las mediciones, entre otras medidas. “Trasladaron todo ese material a la fiscalía”, sostuvo el letrado.  

Se dice que a una chica la habían amenazado con un arma desde una camioneta gris pero la mujer no fue identificada, dijo el abogado.

 

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