CORRUPCIÓN POLÍTICA : El ariete de las corporaciones

CIFRAS QUE ESCANDALIZAN

El economista argentino Jorge Gaggero ofreció datos que escandalizan e impactan de un modo que nos obliga a reflexionar acerca de qué hablamos cuando hablamos de corrupción.

Gaggero señala a las guaridas fiscales como el elemento clave en la fuga de capitales.

El dato duro que muestra la diferencia real que existe entre la corrupción política y la de los grandes evasores es apabullante.

Se asegura que el  64,3 % de los flujos ilícitos globales correspondía a transacciones comerciales; el 30,6 % a actividades delictivas y solo el 5,1 % a corrupción gubernamental (política).

Como se observa, ni siquiera el narcotráfico es tan corruptamente voluminoso como la fuga y la evasión.

El economista asegura por ejemplo que las transferencias netas de recursos financieros desde los países pobres y medios hacia los más ricos crecieron de 46.000 millones de dólares anuales en 1995 a un estimado de no menos de un billón en 2010, que se van en “pagos masivos de deuda, los desequilibrios comerciales, la fuga de capitales y la acumulación de activos externos en divisas fuertes” (ver http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-299404-2016-05-15.html).

A modo de comparación debe decirse que un billón de dólares son casi dos PBI argentinos, o sea, todo lo que se produce en bienes y servicios durante un año en el país. En números redondos algo así como la mitad del PBI de países como Rusia Brasil o India, los llamados BRICS.

 

DUEÑOS DEL DINERO  Y PROMOTORES DEL SENTIDO COMUN

El escándalo mundial de los Panamá Papper (o papeles Panamá) puso de relieve el monumental hecho de corrupción vinculado a las sociedades offshore y paraísos fiscales del que participan los grupos más concentrados del poder económico mundial.

En el caso Argentino, es más que elocuente la aparición en esos papeles de los dueños y CEOs de los medios de comunicación más poderosos como son los accionistas de los grupos Clarín y La Nación, así como el presidente Mauricio Macri cuya presencia no puede ser identificada como la de un político sino como la de uno de los empresarios más poderosos de este país, junto a toda su familia.

Es comprensible entonces que en esos medios que son los más vistos, leídos y/o escuchados por la inmensa mayoría de la sociedad, ese hecho de corrupción fenomenal no esté resaltado ni forme parte de la grilla de los temas importantes.

Muy distintos sería si en los paraísos fiscales hubieran aparecido cuentas offshore de la familia K, en rigor, lo que aseguraban iban a encontrar y con lo que iban a entretener a sus audiencias a las que, a su vez, le iban a esconder esta parte de la historia que hoy conocemos a pesar de ellos, pero de un modo que no suena a escándalo, sino a algo sin demasiada importancia.

Imposibilitados de esconder tamaña noticia, lanzan en las redes “el sentido común” que apuestan a que prenda en cabecitas colonizadas. Ese sentido común tan básico que hace repetir con liviana lógica que “de última esa es plata de ellos y cada uno hace con su plata lo que quiere”.

 

LA POLITICA DEBE SER VISTA COMO LO PEOR

Es llamativo que durante tantos años el poder fáctico del que forman parte los grandes medios de comunicación hayan insistido tanto en asegurar que los K escondían su dinero en guaridas fiscales, como las islas Seychelles, Panamá y los EE.UU, entre otros paraísos y que ese dinero no aparezca.

Las cabecitas de millones de argentinos ya están inundadas con esas afirmaciones, hasta ahora al menos, mentirosas… pero  ¿cuántas de esas cabecitas comprendieron que fue puro humo ?

Siguen llenando páginas con la ruta del dinero K vía Lázaro Báez. Hasta ahora la única sociedad que se ha descubierto y que ha sido favorecida por la obra pública en tiempos del anterior gobierno, es la de Báez con el testaferro del presidente Mauricio Macri, Calcaterra, el primo pobre de la familia.

Tampoco de esto han dicho mucho esos medios. Es más, cuando anunciaban que Baez iba a hablar del negocio con la expresidente CFK, lo que salió a luz fueron sus millonarios negocios con Macri y, llamativamente, se dejó de hablar del tema con la insistencia de antes.

Mucho se ha dicho acerca de que lo Kirchner son odiados no por sus errores sino por sus aciertos. Es una afirmación que al menos amerita ser pensada.

Con este nuevo gobierno lo que vemos es que los sectores sociales que fueron favorecidos por el anterior ahora son atacados con diversos argumentos y de distintas formas : menos poder adquisitivo ; menos mercado interno ; menos vacaciones ; menos autos y motos ; menos viviendas y menos trabajo. Macri acaba de vetar la ley anti-despidos asegurando que es la mejor forma de luchar contra la pobreza. Desopilante pero cierto.

En cambio los principales promotores del odio en contra del gobierno K se han favorecido : los sectores del agro.-negocio ya no tienen retenciones ; lo mismo ocurrió con las explotaciones mineras que ya no pagan los miles de millones que pagaban antes y con el sector financiero que, con tasas del 38 % no tienen necesidad de invertir en producción, basta con la bicicleta financiera.

Todo parece una gran puesta en escena que nos remite a la treta del carterista que para desviar a la multitud que lo persigue huye gritando “Al ladrón, al ladrón”.

 

 

 

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