Las fuentes también creen que la chica pudo haber sido violada, antes o después de ser asesinada, debido a que tenía sus prendas íntimas a la altura de los tobillos.
El cuerpo fue encontrado accidentalmente por un muchacho que el martes recorría a caballo la zona de Santa Elena conocida como El Bajo, a unos 500 metros de la vivienda donde residía la chica.
Ese joven había pasado por ese mismo lugar el lunes y le había llamado la atención un bulto tapado con una bolsa que había entre el pastizal. Cuando volvió a pasar por el lugar, se acercó hasta el sitio y, al correr la bolsa, encontró el cuerpo.
Fuentes vinculadas con la investigación estiman que la muerte de la joven dataría de varios días, debido al estado de descomposición que presentaba. Además reconocieron que el sitio donde apareció el cadáver ya había sido recorrido por los perros rastreadores, familiares y vecinos pero se sospecha que no fue detectado por las lluvias caídas en los últimos días que habían anegado la zona. Tampoco se descarta que el cuerpo haya sido colocado en ese lugar luego del paso de los rastreadores.
Una vecina había dicho a la policía que el día de la desaparición de Gisella vio caminar a la joven hacia su casa, seguida unos metros más atrás por un hombre con campera.
En la causa por la desaparición de Gisella, el fiscal de La Paz, Santiago Alfieri, ordenó la prisión preventiva de un hombre detenido por su presunta vinculación en el hecho.
El hombre, que voceros policiales identificaron como Gustavo Centurión (36), fue detenido luego de que uno de los perros rastreadores marcó el domicilio donde vive, en proximidades del barrio Ejército de Paraná, a más de 150 kilómetros del lugar de residencia de la joven.
Gisella salió el viernes 22 de abril pasado a las 19 de su casa del barrio 120 viviendas, ubicado cerca del arco del ingreso a la ciudad de Santa Elena, para dirigirse hacia la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos (ESJA ) y nunca regresó.