El presidente del Concejo Deliberante publicó una carta abierta en su perfil personal en la red social Facebbok, donde critica la portada del matutino que dirige el ex -presidente de la CODESAL, Luis Mazurier;
Soy respetuoso de la libertad de expresión. Por esta razón ni adhiero, ni me mantengo impávido ante la manipulación de la información, menos aun cuando esta se utiliza por revanchismos personales.
Se puede disentir, cuestionar, criticar aspectos de una gestión, pero el ataque a la investidura de la presidencia municipal, es un ataque no sólo a la persona del intendente sino a la institución en sí misma, pilar de la democracia local.
La noticia sobredimensionada, descontextualizada no hace más que confirmar el abuso de un medio de comunicación, para la agresión como único objetivo.
Suscribo en absoluto la frase de Voltaire que dice “No estoy de acuerdo con lo que usted me dice pero haré todo lo posible para que usted lo pueda decir", lo que no significa que se pueda dañar sin más, sin derecho a réplica, y apartándose de la única verdad que es la realidad.
Hablar de lo importante por sobre los apasionamientos personales es un compromiso ético tanto de quienes ocupamos cargos institucionales, como quienes tienen el deber de informar.-
La polémica que se pretende iniciar en relación al Frigorífico Yuquerí, sin ir a la raíz de la decisión, sin siquiera actualizar la información, y además buscando en cada declaración o toma de decisión un error para magnificarlo; nos habla de la pérdida de objetividad, algo gravísimo cuando se trata de medios que tienen la responsabilidad de informar.
El uso político, e incluso personal de los medios, es una tergiversación del rol de los comunicadores.
Lo reitero. Soy un defensor acérrimo de la libertad de expresión, pero también en uso de mi derecho a expresarme es que manifiesto mi disconformidad con las formas que se utilizaron, atacando a la persona del Intendente Enrique Cresto, con inexactitudes y agravios.
El pueblo se expresó en las últimas elecciones, exigiéndonos a los dirigentes diálogo, respeto por las instituciones, dejando de lado las peleas estériles, los personalismos y los revanchismos. Todos los dirigentes, así como las instituciones de la sociedad civil tenemos la obligación de construir una sociedad basada en la tolerancia y en el respeto.