Cap-Yuquerí era una planta que a partir de la faena de vacunos los derivados de todo eso se transformaban en materia de exportación. Existía la molienda de huesos, se fabricaban aceites, grasas comestibles, así no se perdía absolutamente nada. Llegaron a trabajar 1.500 personas y se faenaba un promedio de entre 300 y 400 cabezas de ganado diariamente.
Por su trabajo, Valín hacia montajes y reparaciones mecánicos, recorrió diversas plantas que pertenecían a CAP (Corporación Argentina de Productores) como la de Villa Mercedes (San Luis), Puerto Vilela (Chaco); Puerto Deseado, Río Gallegos (Santa Cruz) y un depósito al sur de Comodoro Rivadavia (Chubut). “Desgraciadamente eso no existe más”, manifestó.
El 31 de agosto de 1980, en plena dictadura, cerró sus puertas definitivamente la planta. “En general a la industria frigorífica la han liquidado”, dijo Valín. Esta mañana dijo que, un poco Uruguay y más aún Brasil, se han quedado con la exportación de carnes. “Me extraño siempre que los ganaderos que son los que realmente producen tampoco hayan pataleado ni las Sociedades Rurales tampoco hayan dicho nada”, dijo.
En 2004, cuando se cumplieron 24 años del cierre de la planta, entrevistado por DIARIOJUNIO Valín aseguraba que el remate del Cap-Yuquerí fue una las concreciones de una política destinada a terminar con la pequeña y mediana empresa, con el empresariado nacional de los Martinez de Hoz, Cavallo y Alsogaray. “Había que liquidarlo porque había que darle a los sectores privados el manejo de la industria de la carne”, decía Valín.
Valín trabajó muchos años en la planta. Hace un año y medio recorrió por última vez el lugar. “Realmente me da pena. Sólo queda la vieja estructura de cemento que, para demolerla cuesta mucho, donde funcionaban las cámaras frías donde tener la carne faenada para luego exportarla”, manifestó. También se mantiene en pie parte del muelle por donde se enviaba la carne a barcazas alquiladas que luego partían cargadas hacia Buenos Aires. “Se sacaban a través de una larga noria con rieles y roldanas por donde iban colgadas hasta el muelle y ahí había un guinche que las cargaba al barco. Las cosas que se hacían…parece mentira que se haya terminado con todo eso”, manifestó.
“Se podría hacer una escuela o viviendas para la gente”, dijo respecto del futuro de las ruinas. “Habría que ocupar todo eso que está construido, darle una finalidad. Hacer una escuela o viviendas. Tantas cosas se pueden hacer”, recalcó Valín.
Pero las ruinas no tienen función alguna en la actualidad. En consecuencia, es un atractivo para los chicos del lugar y así fue que se produjo un accidente fatal hace casi dos semanas cuando un menor de 13 años cayó al vacío mientras estaba con algunos amigos. De inmediato, los vecinos pidieron la demolición. Y el intendente Enrique Cresto accedió a la solicitud. Pero aclaró que no se va a demoler todo el lugar. Primero deberán realizar una inspección para luego “demoler lo que está con peligro de derrumbe”. “Puede ser una pared, una escalera”, sostuvo.
“Lo que se tiene que entender es que para los chicos ir a jugar es un atractivo porque es una fábrica abandonada. Lo mínimo que deberían tener los responsables de este predio, sea el banco o el síndico sean las normas de seguridad, como el cerramiento o inhabilitar las escaleras para que los chicos no suban”, dijo el intendente. Si bien se trata de una propiedad privada, manifestó que la misma no cumple con los requisitos mínimos de seguridad. Por ello, desde el municipio instruyeron a los abogados para avanzar en ese lugar.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Concordia, Carlos Fernández, indicó que lo primero que habría que hacer es mejorar la seguridad para evitar que personas no autorizadas ingresen. Además pidió realizar pericias al lugar antes de emprender cualquier tipo de derrumbe aunque sea de tipo parcial. “Habría que hacer un informe técnico acerca de cómo está la estructura del edificio”, dijo ayer a Radio Ciudadana. Como ejemplo, citó que el Castillo San Carlos también tenía sectores con peligro de desmoronamiento y se logró recuperar para la comunidad realizando una puesta en valor y colocando vallas para evitar que cualquier persona pueda romper o dañar la estructura. “No estaba cercado y todo el mundo iba. San Carlos fue un éxito y en este edificio se puede hacer algo parecido”, dijo.
Además transparentó que se debería refuncionalizar y poner en valor el mismo como el Castillo de San Carlos dado que es una tendencia a nivel mundial recuperar los espacios antiguos. De hecho, Fernández acotó que la planta forma parte de una serie de instalaciones similares que están ubicadas a lo largo de la costa del río Uruguay. Mencionó que en Fray Bentos un antiguo frigorífico construido con capitales británicos fue nombrado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco. “Es el máximo reconocimiento que existe a nivel patrimonio”, dijo. “Está muy cerca y es un edificio muy parecido al nuestro”, dijo.
Por último, Valín dijo que el frigorífico cerrado es una postal de la ciudad. “Así le va a Concordia. Falta trabajo”. Incluso, señaló que días pasados veía salir a los chicos que cursan la escuela Técnica. “Pensaba donde los metemos a los chicos cuando se reciban porque no hay empresas”, se preguntó.