HISTORIA
La renuncia del sacerdote José Dumoulin se da luego de luchar contra los casos de pedofilia en la Iglesia de Paraná y no encontrar, en las autoridades eclesiásticas, respuestas explícitas de condena a los abusos de los sacerdotes.
La misiva, dirigida al Mons. Juan A. Puiggari, explica que la renuncia es por dos motivos. En principio, por “el modo y las actitudes” que la autoridad máxima del clero paranaense “ha tomado con respecto a los casos que son de público conocimiento”.
El cura Dumoulin, de la Parroquia Santa Rosa de Lima de Villaguay fue quien acercó a la Justicia a las presuntas víctimas del sacerdote Marcelino Moya. Dumoulin junto al párroco de San Benito Abad, Leonardo Tovar, ha sido de los más fervientes impulsores de la investigación en torno del cura abusador Justo José Ilarraz. Ambos sacerdotes han tenido contacto cercano con las víctimas de los abusos, y han escuchado sus testimonios, antes de que el caso llegara a la Justicia.
Dumoulin tiene 44 años. Deja más de quince años como sacerdote, y otros tantos de formación: más de veinte años adentro de la Iglesia. Es la tercera renuncia en el clero desde que estalló el caso Ilarraz: primero fue José Carlos Wendler, en 2015, la ida de Gustavo Mendoza, y ahora José Dumoulin.
CARTA COMPLETA:
“Después de mucho reflexionar he tomado esta decisión.
Lo que menciono allí es lo que en varias oportunidades plantee a Mons. Puiggari y quiero hacerlo público para que se sepa cuál es mi decisión y por qué
Villaguay, 10 de diciembre de 2015
Arzobispado de Paraná
Mons. Juan A. Puiggari
Mons. Me dirijo a vos, por medio de la presente, para informarte mi decisión de dejar la Parroquia Santa Rosa de Lima, en la Ciudad de Villaguay, en la que me desempeño como párroco a partir del 1º de febrero de 2016.
El motivo de mi renuncia, a esta misión pastoral, que me fuera encomendada, es debido a los inconvenientes que hemos venido acarreando en estos últimos meses, y que en muchas oportunidades te he manifestado mi total desacuerdo en el modo y actitudes que has tomado con respecto a los casos que son de público conocimiento, y en otros, en los que no has actuado, a mi modo de entender, cómo se debería y no quiero ser yo quien ocasione división en la comunidad parroquial. Por esto prefiero dar un paso al costado para no interferir en la espiritualidad y la pastoral de la Parroquia.
También y como segundo término, pedirte licencia por un año, para no ejercer el ministerio, quiero tomar distancia, no he perdido la fe, pero debido a tus actitudes y la del clero paranaense, me parece oportuno este periodo para salir del medio de esta situación que para mí es muy desagradable.
Por otro lado, te sigo insistiendo en la necesidad de madurar como presbiterio para poder ser auténticos y aclarar muchas situaciones que siguen siendo turbias, con respecto a comportamientos totalmente inapropiados de muchos sacerdotes con doble vida, que tienen, mujer, hijos, el problema de la homosexualidad y pedofilia, el uso del poder y del dinero, como así también el problema referente al tema vinculado al fundamentalismo Católico, que sigue estando presente con su modo particular, reductivo y hasta belicoso de entender el seguimiento de Jesús, del cual has sido parte y es una herida no cerrada en nuestra diócesis.
He querido nuevamente expresarte por medio de estas palabras, como lo hice en otras oportunidades, para que quede claro el por qué de mi solicitud.
Aclaro, además, para no faltar a la verdad, que esta misma carta la haré pública, porque quiero ser yo quien aclare la situación y mi pedido y no haya comentarios, ni conclusiones que no son las que expreso en esta nota.
Sin más me despido y te saludo esperando tu pronta respuesta”.