EL HANDICAP MENEMISTA
Luego de 10 años de gobierno (1989/99), el menemismo había arruinado el país, destruyó todo lo que tuvo a su alcance, no por malo (como dice Macri) sino porque abrazó políticas neoliberales que aconsejaban privatizar YPF, FF.CC. la entrega del sistema jubilatorio a las AFJP, llenando el país de desocupados, remiseros y kiosquitos.
Este resultado contrastaba con la promesa de campaña : Revolución Productiva y Salariazo.
Este combo privatizador y entregador Carlos Menem pudo hacerlo gracias a que la sociedad llegó al inicio de su gobierno pidiendo agua. Ya no daba más, la hiperinflación alfonsinista jugó de ordenador social. En ese momento los ciudadanos de este país pensaban que cualquier cosa era mejor que lo que se vivía. El dólar, en ese proceso pasó a costar un 2038 % más. Los precios de los productos de primera necesidad cambiaban de precio de la mañana a la tarde.
El neo-conservadurismo/liberalismo, aprovechó la volada y los grandes grupos económicos, sobre todo extranjeros, se quedaron con todo, mientras la pobreza hacía estragos, también la corrupción que brilló a sus anchas. Durante ese proceso los argentinos comenzaron a hablar de inseguridad.
LA SOCIEDAD DESESPERADA VIO EN DE LA RUA EL CAMBIO…
Con ese telón de fondo se llegó a las elecciones de 1999 donde, mayoritariamente, la sociedad votó contra el pejotista Eduardo Duhalde y en favor de la Alianza que prometía “acabar con la fiesta de unos pocos”, dar trabajo y acabar con la inseguridad.
El error quizá, estuvo en que, para lograr esa tarea ciclópea la sociedad eligió a un pusilánime, el radical Fernando De la Rua (el que hoy propone votar a Macri) que no se animó a concretar sus promesas y desembocó en el 2001, huyendo por los techos de la Casa Rosada en helicóptero y el estallido más grande del que se tenga memoria, más grande incluso que el de la hiper del 89/90.
Quizá tampoco se trató de un error sino de un acto desesperado, era el único que, a juicio de la mayoría podía ganar las elecciones.
Así comenzó este siglo XXI, con los índices más altos de pobreza, desocupación, con la mayor deuda externa de la que se tenga memoria, con los bancos que se adueñaban de los depósitos de sus clientes que habían confiado sus pertenencias al sistema financiero y que, sin rubor se los apropió, con el agravante de leyes (Corralito-corralón) que avalaban ese robo descarado.
A los jubilados y trabajadores se les recortaban los salarios y la gente salía a la calle a gritar que se vayan todos. Con este cuadro de fondo sucedió lo inevitable…
Manifestaciones y saqueos que produjeron un saldo de muertos de 4 decenas, entre ellos varios entrerrianos. Concordia fue un polvorín, el lugar donde comenzaron los saqueos de grandes y chicos. Era por aquellos días, la ciudad más pobre del país, la que albergaba el mayor número de desocupados, desnutrición y mortalidad infantil, entre otras miserias.
En el caso de Entre Ríos, específicamente, las clases se habían suspendido. En el año 2002 no terminaron y en el 2003 no comenzaron, a pesar de estar finalizando el mes de mayo pese a lo dicho en el calendario escolar.
No era para menos, esos docentes no cobraban sus salarios que, dicho sea de paso cuando cobraban era en bonos que, en la provincia llevaban el nombre de Federales BOFE.
LA ALIANZA INCUMPLIO EL MANDATO POPULAR
El amor que produjo el kirchnerismo a poco de asumir, no podría entenderse sin este proceso que, en 1999 eligió a la Alianza que representó para millones de argentinos una enorme esperanza. La sociedad ya no soportaba más al menemismo y sus políticas de ajuste y padecimientos mezcladas con corrupción y sobornos.
Así la fórmula Fernando De la Rúa-Carlos Chacho Alvarez logró cerca de 9 millones de votos y el 49 % de acompañamiento. Ganó en 20 de los 24 distritos. El triunfo fue contundente. La sociedad quería un cambio y dejó al pejotismo-peronismo, fuera de juego.
Pese a esto, la Alianza estuvo lejos de cubrir esas enormes expectativas, defraudó a millones no resolviendo ninguno de los problemas por los que había sido depositaria del poder. Más aún profundizó los ya existentes.
Lo saliente excede la pusilanimidad de De la Rua que, a poco de andar provocó la renuncia del Vicepresidente. Ese gobierno que había prometido manos limpias, compró la voluntad de varios senadores para que aprobaran una ley de flexibilización laboral que daba piedra libre a la explotación de trabajadores para beneficio de las grandes empresas nacionales y extranjeras
La promesa de terminar con la fiesta de pocos solo cambió a esos pocos, pero siguió tal como la pergeñó el menemismo y ya no distinguían pertenencias políticas. Radicales, pejotistas, actuales dirigentes PRO que fungían delarruistas se entreveraban en corruptelas mientras obreros, jóvenes, desocupados y estudiantes padecían las políticas públicas.
Lo único que creció en esos intensos dos años, fueron los peores índices : desocupación; deuda externa ; pobreza y más cierres de fábricas con el condimento de baja de salarios y jubilaciones. La consigna más popularizada era : “Argentina tiene una salida : Ezeiza”.
EN ESTE CLIMA ASUMIO EL GOBIERNO KIRCHNERISTA
Lo que abundaban eran los movimientos sociales que se habían hecho cargo de la defensa de los más desprotegidos. Decenas, quizás centenares de grupos políticos-sociales, sindicales, en fin, lo que se conocía con el nombre genérico de “piqueteros”, en rigor, pobres sin red que no tenían otro modo de organización y protesta que, ollas populares, clubes de trueques y cortar rutas, calles, hacer fogatas, etc.
Así se visibilizaban y se mostraban. A esos grupos a los que De la Rua primero y Duhalde después le dieron palos y muerte (recordar los casos de Kosteki y Santillan asesinados por la maldita policía duhaldista), Kirchner los comenzó a integrar y a incluir a través del trabajo generado a partir de la nueva economía.
Esa nueva economía pasó por criterios básicos y largamente reclamados : la principal deuda era la deuda con el pueblo ; no pagar la deuda externa con el hambre del pueblo ; recuperar nuestra capacidad productiva ; dar vida a la capacidad industrial ociosa ; recuperar fábricas fundidas y ponerla en manos de sus trabajadores (para lo cual el Estado debía cumplir un papel clave), etc.
Kirchner comenzó a hacer lo que millones de ciudadanos reclamaban, descreyendo que fuera él, el que los iba a llevar a la práctica. Muchos de esos millones habían votado por la Alianza de De la Rua no por Kirchner a quien veían como un pejotista más, no como un transformador.
Por si faltara, habían instalado la idea que sería un chirolita de Duhalde.
Las políticas llevadas a cabo por Kirchner terminaron favoreciendo a todos y de allí el enorme apoyo alcanzado hasta fines del año 2006. Sin embargo y cuando los grupos de poder, le contaron las costillas y vieron que su proyecto iba por más, iniciaron la campaña del terror, utilizando para ello la herramienta que ya usaban en Venezuela y Brasil, la de los medios de comunicación.
LA REACCIÓN DEL PODER FACTICO
Cuando el poder político es creíble ante los ojos del pueblo, los poderes fácticos, los que se sienten dueños del país, entran en pánico pues su poder se reduce y los convierte en uno más, no en privilegiados que no le tienen que rendir cuentas a nadie.
De este modo, cuando ese poder determinó que los K representaban un peligro, probaron disuadirlo. Antes de las elecciones presidenciales de 2007, comenzó a mostrarle los dientes, le sugirió que su esposa y actual presidente CFK no podía ser su sucesora. NK prefirió desatender el pedido.
CFK fue elegida en el 2007 por más del 45 % del electorado. Casi el doble de lo que logró NK en el 2003.
La imponente cifra dejaba muy atrás a su inmediato seguidor pero igual no alcanzó para disciplinar al poder fáctico cuyo aliado principal, los medios hegemónicos de comunicación distinguieron con rapidez donde estaba la debilidad y fortaleza de origen.
Pusieron manos a la obra sobre la debilidad : el origen peronista de izquierda del kirchnerismo y allí comenzaron.
Al peronismo de derecha lo pusieron como en los 70 a disputar el espacio perdido. El mentor de NK, Duhalde y el menemismo reciclado aceptaron rápidamente el convite ; la izquierda dura distinguió el peligro de un partido burgués (bonapartismo) que como Juan Perón en el 45 se le iba a quedar con el mandado ; al radicalismo lo ayudó a acentuar su costado más gorila-antiperonista de derecha y puso a jugar fuerte al núcleo duro de la vieja oligarquía terrateniente y diversificada.
El día D, por calificarlo de algún modo, fue la Resolución 125 que proponía retenciones a la soja. Allí arrancaron apenas iniciado el gobierno de CFK en los primeros meses de 2008. Fue tan brutal y desacostumbrado que le negaron lo que es práctica, esperar los primeros 6 o 7 meses de gobierno antes de comenzar las criticas.
Les vino como anillo al dedo. Lograron lo inesperado, millones y millones que no tenían tierra ni en maceteros, salieran con carteles de “Yo soy el campo”. Increíblemente por primera vez, la oligarquía más concentrada era popular, tan popular que hasta el trotkismo y el comunismo revolucionario llevaban banderas y movilizar a favor de los masivos actos de la oligarquía.
La escalada comenzó allí y no paró hasta hoy, están arañando el poder, con Macri repiten esa historia. Si lograran ese objetivo colocarían al frente de la Casa Rosada a uno de los suyos y se concretaría por primera vez el sueño oligárquico de un país atendido por sus propios dueños y con el voto popular. Extravagante como pocas cosas en la vida.
CONSIGNAS DE DERECHA INSTALADAS POR LA IZQUIERDA
No fue la izquierda ni el centro-izquierda ni el progresismo quienes instalaron ideas superadoras para que fueran repetidas por millones. Si hubiera ocurrido esto, el balotaje del domingo sería entre Scioli y Jorge Altamira, pero fue al revés, todos esos grupos se prestaron a repetir las consignas de la derecha más recalcitrante.
Ayudaron a desprestigiar a las Madres de Plaza de Mayo y utilizaron para ello a Schoklender, un cínico ladrón y defraudador de confianza ; utilizaron las fabulosas políticas sociales como la AUH para instalar la idea de jovencitas que “se embarazan para cobrar una platita”, para que luego se vaya “por la canaleta de la droga”.
Los grupos hegemónicos de la prensa invitaban a trotkistas y similares que, para congraciarse y le siguieran dando pantalla y micrófono, repetían infamias pero con discursos fantasiosos en el que llamaban a la clase obrera a la toma del poder. Los alentaban, lo importante era llenar de bosta al kirchnerismo y a eso lo hacían bien.
Los jubilados que no habían hecho aportes eran presentados como arrebatadores de los recursos pertenecientes a los verdaderos dueños, o sea, los jubilados que sí habían aportado. Los medios instalaban así esta conquista, o sea como un curro, no como un derecho reconocido por el Estado a abuelos que habían sido estafados por inescrupulosos empresarios que los tenían en negro.
LA BATALLA CULTURAL
Así, todos estos dirigentes anti-K de variadas ideologías y pertenencias, eran funcionales a un discurso reaccionario que se iba haciendo cultura en millones de ciudadanos que, en vez de discutir la importancia de lo que se hacía (paritarias, dos aumentos anuales por ley del salario de jubilados y niños ; jubilaciones para todos ; Netbook para estudiantes secundarios ; AUH ; estatuto del peón rural o políticas de blaqueo a trabajadoras domésticas).
En vez de hablar de estos temas de fondo, hablaban de corrupción e inseguridad.
Esos dirigentes “progres y anti K”, alentaron que personas con escaso nivel de formación, e información sesgada, convirtiera en principal lo secundario y no hicieron nada para impedir que ese discurso hegemónico se afirmara en la cultura popular. Para el hombre común tenía lógica y no desconfiaba, era avalado por la izquierda, el centro y el centro-izquierda.
En otras palabras, el nivel de oportunismo de todos estos grupos del progresismo en general, y del radicalismo en particular representa uno de los más espectaculares signos de época del que tarde o temprano deberán hacerse cargo, aunque como es práctica en ese sector, la culpa siempre es del otro.
Cada uno de estos grupos políticos obviaron el contexto, la historia reciente de la que veníamos, los avances y logros en materia de integración regional latinoamericanista (ALCA) y, sobretodo los impresionantes avances en materia social, política, económica en solo 12 años.
No entro en detalles pero el fondo, fue que cada uno de ellos hacía “su negocio”, sin importar el daño que mientras tanto se le hacía al país y a la conciencia popular.
Las campañas sucias de la que ellos participaron para vituperar no solo al gobierno sino a los que se animaban a defenderlo a pesar del escarnio, eran tan impresionantes que logaron que una práctica humana extendida como la de ser agradecidos, desapareciera como virtud.
Si esto no hubiese sido así, sería imposible que estudiantes que reciben becas gracias a las cuales pueden estudiar en universidades públicas, anticipen su voto a Macri ; menos aún lo harían empleadas domésticas, maltratadas por años a las que este gobierno les dio derechos.
Tampoco escucharíamos a jubilados que no tendrían ingresos si no fuera por la desaparición de las AFJP y la recuperación del sistema por parte del Estado a través del Anses, afirmar cosas horribles en contra de este gobierno y de la presidente CFK y vivar a Macri.
Menos aún a pequeños industriales o comerciantes que durante estos años y gracias al enorme crecimiento del ingreso popular, pudieron colocar sus productos y vender como nunca. Ni obreros que ahora tienen trabajo y sus sueldos siempre han estado por encima de la inflación y por tanto mantuvieron el poder adquisitivo.
Pocas veces en la historia se vendieron tantos autos, motos, electrodomésticos y productos de la canasta familiar como en estos años. Quizá aquí también valga detenerse en el análisis.
LOS ERRORES K
Está claro que los errores del kirchnerismo fueron numerosos, quizá el principal de todos es el de no haber generado una militancia crítica masiva, capaz de superar las viejas prácticas del PJ en especial en las provincias.
Esta situación permitió que la derecha mediática mostrara sin esfuerzo que muchos de los que ayer eran menemistas se hacían kirchneristas. Aquí deberíamos detenernos en que al gobierno K le tocó gobernar en un mar de contradicciones, entre ellas la de albergar a sectores de la histórica derecha peronista y a menemistas reciclados, decididamente un mal ejemplo para jóvenes a los que se llamaba a amar la política.
Este hecho puede no ser entendido por un joven que recién comienza, lleno de ideales, pero no por dirigentes experimentados en tejes y manejes propios de la acumulación de poder que a veces obligan a establecer acuerdos no deseados para evitar males mayores.
Otro dato clave es que el kirchnerismo generó una economía de alto consumo sin explicar que eso era posible porque el gobierno definía políticas públicas que lo hacían posibles, pero que, con otras políticas, podría desaparecer ese consumo fenomenal. Eso lo podía explicar CFK y era creíble, pero al pejotismo clásico no le interesaba formar conciencia al respecto, por sí mañana debía cambiar de caballo.
Este gobierno logró crear un mercado interno poderoso que, de raíz, Macri propone hacerlo añicos, no por malo, porque esa es la naturaleza del neo-conservadurismo y neo-liberalismo.
Para decirlo más sencillamente, si sube el dólar a 15 pesos achicará los salarios en la misma proporción reduciendo la capacidad de compra ; si importa productos baratos, la industria nacional se verá afectada y lo sufrirá el empresario y sus trabajadores ya que, si no vende deberá cerrar. O sea, la economía no es difícil, difícil te la hacen los que apuestan a que vos no entiendas de modo de venderte cualquier verdura.
A PESAR QUE EL MACRISMO ANUNCIA QUE HARA COSAS HORRIBLES IGUAL LO VOTAN
El macrismo ya anunció un shock devaluatorio ; llevar el dólar a 15 o 16 pesos ; que abrirá las importaciones como en los años 90 (con la consecuente destrucción de PyMES y de trabajo) ; de hecho ya existen grandes empresas que aumentaron sus productos (harina, textiles etc) o directamente no venden y stockean, o sea guardan la mercadería (como en las viejas épocas) y que gobernará por DNU.
Implicará un terremoto en la economía si gana, sus aliados económicos ya comenzaron, lograron por primera vez y a partir de esa expectativa ganadora, que la economía ingrese en un cono de sombras, sin que haya otra razón que esa. Lo acompañan con los jueces de la servilleta menemista (Bonadío), allanando el Banco Central. No pierden la esperanza del estallido.
Tan impresionante como la reacción de vastos sectores de la población frente a estos anuncios, es la credulidad ciega en simples frases de campaña que no se condicen con la realidad.
Macri promete terminar con la pobreza y su gobierno en Capital lo desmiente ya que, mientras en todo el país bajó la mortalidad infantil en un 50 %, él debió reconocer que en la ciudad que gobierna no bajó la mortalidad pese a ser el distrito más rico del país.
Más aún en la zona sur de capital (donde viven los pobres) la mortalidad es del 13 por mil, más alta que en las provincias más pobres del país
Habla de transparencia y honestidad y está procesado por espionaje y quien lo imputó fue el fiscal Alberto Nisman, un dato que, como otros miles, los medios se encargaron de ocultar.
Estos republicanos dudosos ya anunciaron que gobernaran con (DNU) Decretos de Necesidad y Urgencia ; en la ciudad que gobierna Macri vetó casi 250 leyes.
Para terminar, no es reprochable que la derecha más reaccionaria y mentirosa haya logrado que empleadas domésticas, estudiantes de familias humildes, obreros e integrantes de grupos que durante estos años ascendieron socialmente, voten por Macri y en contra de sus propios intereses, aunque no deja de provocar miedo que se dirijan contentos y llenos de globitos amarillos al precipicio, son las reglas de la democracia.
El comportamiento imperdonable no es el de la derecha, defienden sus intereses, sin embargo, lo que nunca olvidaremos es el accionar de quienes no perteneciendo a ese sector no tuvieron problemas de conciencia para ayudar a que los pobres vayan corriendo a su matadero.
Los conversos deberán saber que hay cosas que no se olvidan, quedarán en la historia, aunque Macri finalmente no gane, como es probable que suceda, como tampoco ganó la Unión Democrática.