Pelandino dijo que hay dos opciones. Una de ellas es hacer las elecciones en las provincias cuestionadas. La otra es realizar una nueva elección general. Y la última, potestad del ministerio de Trabajo, es la intervención de la Junta Electoral por irregularidades y por seccionales donde hubo inconvenientes.
Si se realizan de nuevo las elecciones en los lugares cuestionados, los resultados podrían variar no sólo en esos lugares sino en las provincias respectivas también. Pelandino acotó que Entre Ríos la lista Verde-Anusate conducida por Oscar Muntes se proclamó ganadora. Pero hay denuncias sobre el registro de un número mayor de votos de los realmente ingresados en Uruguay, Colón, Victoria, Diamante y La Paz. “En esos lugares tendrá que hacerse la elección nuevamente”, indicó.
En Buenos Aires, hay más de 400 urnas en provincia de Buenos Aires que hace un total de 26 seccionales, en las cuales se encuentra un número importante de votantes del padrón. A tal punto que revertiría la elección nacional. “Con la Verde y Blanca teníamos 23.800 votos de diferencia, cosa que ellos la revirtieron supuestamente con esas 400 urnas que secuestraron y no tuvieron fiscalización”, dijo. Por ende, el gremialista dijo que de realizarse una nueva elección con fiscalización y nuevos padrones se revertiría la elección.
“En el ministerio de Trabajo, a través de la denuncia por fraude que se habían realizado a través de las seccionales y los compañeros que disputaban provincia de Buenos Aires, se tiene que realizar las elecciones nuevamente en esos lugares, de acuerdo a lo que se le manifestó al ministerio”, expresó.
En tanto, dijo que en una de las seccionales más importantes de Santa Cruz, gente de la UOCRA realizó un piquete para no dejar pasar a los votantes. “Un grupo de afiliados a ATE que viajaban en cinco colectivos no pudieron pasar. Una seccional quedó sin poder elegir la conducción de la seccional y eso también tiene que ver con la elección nacional”, indicó.