La funcionaria señaló que la recurrencia de asambleas convocadas bajo el decreto Nº 1318 “no les está dando la posibilidad de ir las cuatro horas a clases en primaria, en secundaria son más, y recibir educación que es un derecho que tienen los chicos”.
Cuando se realiza una asamblea a las ocho de la mañana, los alumnos ingresan a las diez. “A veces los que no van en transporte los papás están trabajando y no pueden dejar el trabajo para llevarlos”, señaló. Cuando sucede a la inversa, las clases se desarrollan de ocho a diez, sucede lo mismo dad que no pueden ir a buscar a sus hijos. “Directamente optan por no mandarlos”, explicó.
Por lo tanto, se genera una situación complicada en las familias dado que los padres deben pedir que alguien los vaya a buscar. Toulliet señaló que no sólo sucede con los alumnos más chicos que necesitan ser acompañados sino también con los mayores dado que si no hay nadie en la casa no puede ingresar. “Es una situación que descontrola un poco a la familia”, argumentó.
En consecuencia, la sucesión de asambleas –el jueves y viernes pasado no hubo clases en las escuelas primarias desde 10 de la mañana hasta el mediodía- “deja a muchísimos chicos sin acudir a clases; no hay un dictado normal de clases”.
El decreto Nº 1318 está establecido por reglamentación y tiene un crédito horario que se puede cumplir. “Pero también hay fallos judiciales que dicen que deben dictar clases sin interrupciones”, expuso Toulliet.
De la misma forma, las asambleas inciden en otros aspectos relacionados con las escuelas. Toulliet señalo que ayer una directora de escuela de primaria que cuenta con comedor le comentó que cuando se hacen asambleas de 190 a 12, se tiene que ir a media mañana con un sandwich. “No se va a ir a las 10 para volver a las 12 a comer”, indicó.