El presidente ecuatoriano recibió a Jorge Mario Bergoglio con un fuerte abrazo, un discurso de marcado carácter político en el que destacó los logros de su Gobierno y un agradecimiento por la encíclica papal sobre la ecología. “Si alguien intenta acallar sus palabras”, le dijo el presidente Correa a Francisco, “las piedras las gritarán”.
La primera etapa del viaje del Pontífice —aunque circunscrita al recibimiento en el aeropuerto— ya dejó constancia de las líneas por las que transitarán unas jornadas que se esperan con máxima expectación. Es la primera vez que Bergoglio visita como Papa la América de lengua española, donde se fraguó la opción preferencial por los pobres que ahora quiere servir de guía a toda la Iglesia. “Francisco”, subrayó el jesuita Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, “tendrá además la oportunidad de expresarse en su propio idioma, lo que con toda seguridad lo llevará a improvisar sobre las intervenciones ya previstas”. El tercer aspecto que con toda seguridad marcará la diferencia será el calor del recibimiento al primer papa latinoamericano.
En su discurso ante el presidente Correa, quien en las últimas semanas ha sufrido una gran contestación social a sus reformas, el Papa aseguró que en el Evangelio se pueden encontrar “las claves para afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias y fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones”. Bergoglio, que reconoció los avances logrados por un país cuyo PIB ha crecido a un ritmo superior al 4% anual en la última década, resaltó, no obstante, la necesidad de que el progreso alcance también a los más vulnerables. “Para esto, señor presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”.