Antes del inicio de la declaración de Coutinho y ante la pregunta del Tribunal, el abogado Bukteknica indicó que “no es necesario que se retiraran de la sala el resto de los imputados”. Ante ello, el Tribunal, independientemente de la manifestación por parte del letrado, consultó a Coutinho si estaba de acuerdo con la presencia del resto de los policías acusados de sedición a lo que este respondió que no tenía inconvenientes, pero aclaró que sus compañeros le habían solicitado estar fuera de la Sala Penal.
En su relato indicó que “el 8 de diciembre me encontraba en mi domicilio ya que había salido de guardia a las 8 de la mañana, luego de haber descansado sabiendo que iba a haber una reunión en la Plaza 25. Con mi familia decidimos dejar a nuestros hijos en la casa de la abuela, y nosotros venir a escuchar lo que se había hecho en el petitorio e irnos a la fiesta del arándano. Llegamos a la Plaza, ya había gente, notamos que las caras eran las mismas caras, las mismas familias.
Ese día se decidió traer bombos, se hacían cantos, como se habían hecho los días anteriores. Había aplausos. Llegamos a la esquina de Irigoyen y Mitre, donde está el comando radioeléctrico. Yo voy varios metros adelante y soy uno de los que alcanzo a ver una situación de la que me pareció rara. Veo al comisario principal Hormachea como que cierra la puerta en forma brusca. Era una noche de calor intenso, estaba pesado. Estaba con mi esposa y yo tenía sed, decido adelantarme e ir a comprar agua. Antes de llegar al Drugstore Mix, paro antes en el Ideal para consultar por una persona. Voy al Mix, compro agua. Ahí me preguntan ¿qué eran esos bombos, esos cantos que se escuchaban? Y yo respondí, ‘estamos en un reclamo salarial por eso estamos en La Plaza’.
Había gente adentro de Jefatura y se veía una situación muy desordenada. Apuro mi paso para poder ver lo que pasaba adentro, entro casi corriendo a la Jefatura y es ahí donde veo a Lucio Villalba que está siendo abrazado, protegido por uno de mis compañeros.
Había muchas mujeres que realmente lo puteaban y lo insultaban y le decían ¿por qué tiraste gas?
Era una situación que no entendía; me acerco y le pregunto ¿qué pasó Lucio? Y él respondió ‘yo no tire gas, yo no tire gas’. La gente estaba muy enardecida, lo acusaban de haber agredido a la familia que estaba en ese lugar.
Tratamos de protegerlo a Lucio porque decía que tenía gas en los ojos, le lavamos la cara con agua. Yo siento que en el ambiente había gas, pero había gas lacrimógeno. Conocemos porque cuando hacemos el curso para entrar a la Policía (escuela de agentes), sabemos para que se usa el gas lacrimógeno y lo que genera. Empezó a arderme los ojos, la garganta me empezó a picar, dijo.
En un momento se empezó a calmar la cosa y yo como estaba en el segundo escalón de la escalera le digo a la gente ‘paren un poco, no es lo que vinimos a buscar’. Nosotros vamos al ala sur de la jefatura, nos quedamos un rato ahí, se armó una mesa, un atril, y ahí subieron varios a decir ‘bueno, vamos a ver que nos van a decir con respecto al sueldo, los chalecos antibalas, el combustible, todas las problemáticas de la policía’.
El insulto venía de los lugares, el descontrol venía de los dos lugares. Si Vega insulta, no va a poder calmar a la gente. Ellos recriminaron que le había pegado a Silva. En ese momento era recriminarse de los dos lados.
La agente Bordón, siempre estuvo en las manifestaciones y me dice ‘Leandro, esta Bonelli y quiere hablar con alguien ¿te animas? Le respondí que sí, fui y hablé. Bonelli me pregunta ¿por qué están dentro de la Jefatura? Yo le contesté ‘esto se fue de las manos, se descontroló todo, no era lo que nosotros veníamos a hacer’. Me dijo, ‘voy a llamarlo a Enrique Cresto a ver que nexo puede hacer el para ver si tienen respuesta ustedes’.
Todos decían, a ver a qué hora iba a hablar Lucio. Siempre hubo un buen trato con él. Subimos hacia su despacho, había bastante gente. No recuerdo quien golpea, sale Hormachea y luego sale él (Villalba), ahí la gente como que vuelven a empezar a discutir.
‘Ya me comuniqué con el jefe de provincia, esperen un poquito, yo no tengo más información’, dijo Villalba. Fuimos a buscar la respuesta del jefe departamental y se escuchaban griteríos.
Terminamos bajando, quedamos en el patio, empezó a pasar el tiempo. Estábamos a la espera del jefe de la provincia, pero no había respuesta hasta que por allá viene alguien y avisa que llego el jefe de la provincia al comando. No recuerdo quien fue el que llegó ahí y me dice ‘Coutinho, ¿te animas a hablar?
Fuimos al comando, recuerdo que el comisario Vittori me convida con un mate. El sub jefe preguntó si podía hablar con la gente. Fuimos hacia donde estaba el cúmulo de gente y lo primero que hace al llegar es saludar y empieza el a preguntar qué había pasado.
Tiene una manera de hablar así muy ‘campechana’. Es la primera vez que yo hablaba con el sub jefe. Nos dice está viniendo el ministro, él le va a poder dar una respuesta asique tendrán que esperarlo.
Nos vamos al hall de entrada, ahí se empiezan a tocar los bombos, hay cantos, hasta que avisan que llegó el ministro y nos dicen vamos a atenderlo en el salón de actos.
Ahí subimos, la gran mayoría. Entra el ministro, el señor sub jefe de provincia, se sientan en frente de toda la gente. El ministro dice en un momento, ‘bueno muchachos, acá venimos a ofrecerles lo que nosotros íbamos a dar a conocer del lunes pero que la tenemos desde el miércoles’.
Comenzó otra vez el discurso de la gente que necesitaba para trabajar correctamente.
Se supone que el gobierno provincial, al dar el aumento lo primero que habla es acerca del básico y el ministro nos dijo ‘hablo con el gobernador, y les traigo una respuesta’.
Se fue el ministro, el sub jefe de provincia, nosotros nos quedamos en el salón de acto, seguimos hablando, ya había pasado mucho tiempo, había llovido. La respuesta no llegaba, decidimos salir, estaba todo el cúmulo de patrulleros que habían llegado a la noche. Ahí empezaron a escuchar la radio donde por ahí, desatinadamente, se insultó a todas las personas que estaban en jefatura; que éramos unos drogadictos, locos, delincuentes. Entonces decidimos pedir el derecho a réplica, nos hicieron esperar en la puerta de LT15. Nos atendió Cañete (uno de los movileros), y nos dice que nos iban a dar el derecho a réplica.
Volvimos a Jefatura, llegaba gente de civil, llegaban funcionarios que estaban de franco, cada vez se hizo más largo hasta que llegó el mediodía donde se suponía que ya no daba para más esto.
La gente estaba cansada, y es que en una de las veces que venimos para el fondo, vemos que hay móviles cortando la calle de Mitre e Irigoyen. Preguntamos qué hacía, y los funcionarios (que no eran de la Departamental de acá), nos dijeron que tenían orden.
Viene Camejo, y se pone a hablar con las personas. Fuimos con el señor Chávez, Zaragoza y una mujer. Subimos a la camioneta particular del señor Camejo. Nos lleva para el Hotel Ayuí, donde él nos decía que estaba el gobernador. Cuando estamos pasando La Bianca, nos dice Camejo que en realidad el que quería hablar con nosotros es el ministro Bahl, no Urribarri.
Llegamos a las termas, entramos Estaba el señor Bahl y estaba también Balay (Hugo, actual jefe de gabinete). Nos hacen ingresar a una habitación y nos empieza a contar el señor ministro lo que nos explicó en el salón de actos.
Empezó a hablar de los códigos y todo eso. La gran mayoría no veía otra cosa que .000 de básico. El ministro nos explicó ‘si ustedes tienen ese básico con todos los códigos que tienen van a tener cada uno $ 50.000 cada uno, tienen que ser más coherente con lo que piden’. Algunos de ustedes me da un mail, yo se los envío y ustedes le muestran a la gente que está en jefatura y le explican.
Chávez le dice que tenía mail, estuvimos dialogando un tiempo más. El señor Camejo nos vuelve a Jefatura.
Fuimos a la Cafesg (nos trasladó el sub jefe de provincia).
En esa oportunidad fuimos 8 o 9. Nos atendió, saludé a toda su custodia que estaba ahí, saludé al hijo. Estaba Bahl, el intendente Bordet, Cresto, Jakimchuk. Entramos a la oficina, estaba sentado el gobernador ‘muchachos siéntense, no es momento de decir quien tiene la culpa, no quiero saber que paso, lo que quiero transmitirle es la propuesta, esto es lo que yo puedo ofrecerles, lo que yo puedo garantizarles’.
Nos volvió a explicar lo mismo que nos explicó el ministro. Nos pide que volvamos a Jefatura, nos traer otra vez el sub jefe de provincia. Me subo a una camioneta con un megáfono y les decía que tenían que entender lo que dice el gobernador porque era lo que el garantizaba.
La gente comenzó a decir que estaba todo arreglado, la familia estaba descontenta. Comenzó a haber una especie de discusión entre nosotros. Y dije ‘pónganse de acuerdo, se acepta no se acepta’.
Se comenzó a hablar nuevamente. Nadie dice algo coherente, se decide ora vez por mayoría que no. Se comunica otra vez que no, que a pedido de la familia esa propuesta, ese monto era mentira, que no nos iban a dar eso, seguía el descontento. Ya sabiendo que eso no se aceptaba, viene el subjefe de provincia y nos dice vamos al comando.
Fuimos, éramos varios, estaba Vittori, creo que Luis Paredes, Biderbos, Gerardo Gómez; ahí el sub efe de provincia se sienta en uno de los escritorios, agarra un papel, una lapicera, y dice ‘muchachos, esto se está tornando incoherente’. Cuando éramos pocos se entendía, cuando se iba a transmitir eso que se entendió en unos pocos nadie lo entendía.
Yo ya sentía que nadie me había entendido. Vengo por calle Mitre y cuando voy doblando me encuentro con el sub jefe de provincia, estaba también el chofer, Biderbos y no recuerdo quien más. Subimos al auto y vamos nuevamente a Cafesg, que después terminó siendo la última reunión.
Llegamos a Cafesg, entramos a la misma oficina a donde fuimos antes y ya había otro grupo de compañeros que ya estaban ahí. Ahí empieza a surgir de nosotros lo que habíamos hablado con el sub jefe de provincia. El gobernador dijo que era imposible, ‘me cae salud, me cae ATE, me caen todos los gremios’. Luego intervino el Obispo. Medina le dice en forma baja, al oído, si le ponen $ 500 al básico esto se destraba. Urribarri dijo ‘le podemos dar dos meses de retroactivo 3700 por noviembre y 3700 por octubre’.
Se arma una planilla, el acta acuerdo, donde se ponen los puntos. Para nosotros lo más importante es que él nos dijo que llegado a esto desencadenaba en que él podía llegar a tratarnos con un gremio o algo similar para discutir paritarias.
El señor Casañas se va con el senador Cresto a una oficina a redactar el acta acuerdo. Ahí se distendió todo, el gobernador sale. Cuando llega el acta acuerdo, firmamos y mientras lo hacíamos un funcionario se puso a leerla y faltaba uno de los puntos, enseguida rompe el acta (el funcionario Gómez).
Va de nuevo el señor Cresto, rehace junto con la planilla con los montos de los sueldos, volvemos a firmarla todos. El gobernador dejo ingresar a la prensa para que tome foto, donde había una persona que no quería sacarse foto, a mí me parece coherente lo que decidió esa persona, yo tampoco quería sacarme la foto.
Nos retiramos, avisamos por teléfono a la Jefatura que ya habíamos firmado y la gente esperaba para destrabar el reclamo.
AL otro día entraba a trabajar en la Comisaría Tercera y le aviso a mi jefe que había pasado esto con el gobernador, que tenía que volver a ir a las 10 hs si me autorizaba. Estaba uniformado, fui a mi casa a cambiarme, y fui a la Cafesg. Estaba Niez, creo que Chávez, Biderbos, uno o dos más funcionarios. Ahí se empezó a hablar para que además podamos negociar paritarias en febrero.
Además, el gobernador dijo ‘bueno muchachos, acá lo tengo al procurador, él puede llegar a iniciar una causa penal por lo que ustedes hicieron, pero lo que yo si les prometo es que voy hablar con él para decirle que él tiene que tomar la misma actitud que yo. Yo le voy a pedir que siga la misma actitud que yo’.
Terminó la reunión, nos fuimos y saliendo de la puerta de Cafesg un periodista me pregunta sobre la reunión”.
FINALIZADA LA TESTIMONIAL COMENZO EL INTERROGATORIO
Ante la pregunta del abogado defensor Buktenica, Coutinho indicó que el al ser custodio del gobernador no tiene contacto con los efectivos policiales de la Jefatura Departamental, que solo conocía a Biderbos y Hernán Paredes.
Differding sabía que trabajaba en investigaciones. Luis Paredes estaba trabajando en el comando, y manifestó que tiene menos de 10 años en la práctica. En cuanto a las marchas, solo en una no participó ya que estaba de guardia.
“Yo soy una persona comprometida, no solo en la policía sino en la vida cotidiana. Yo soy el que piensa que hay que buscar la solución a los problemas”. En cuanto a los reclamos indicó que “si no voy a estar tanto tiempo en mi casa, por lo menos que mi familia tenga una buena manera de vivir”.
Respecto a su puesto en la casa del gobernador Coutinho dijo que dejo de trabajar porque él había comenzado a publicar en su cuenta de Facebook algunas manifestaciones vinculadas a reclamos salariales, entonces, “el señor gobernador se enteró y me dijo que mi manera de pensar no correspondía a lo de él, que no estaba mal lo que reclamaba, que me presentara a Jefatura que ahí me iban a derivar”.
“No fue nada organizado, es más, cuando nos enteramos que el personal que estaba de guardia había dejado de trabajar estábamos en desacuerdo”, dijo el imputado.
“Si yo hubiera recibido algún llamado de la Comisaría donde trabajaba, no es opción ir o no ir, es recibir el llamado y presentarse”.
El Fiscal Mario Guerrro hizo mención sobre el pedido al gobernador para que no se aplicaran sanciones, a lo que Coutinho dijo “no se le pidió que no haya sanciones administrativas, él nos dijo”. Respecto al punto que faltaba en el acta acuerdo, Coutihno indicó a la Fiscalía que “pudo haber sido el tema del retroactivo o el tema de las sanciones”.