Díaz Ramos, de aproximadamente 55 años, aclaró que esa noche recibió mensajes acerca de saqueos en la zona noroeste. De inmediato, el dueño de la galería le pidió que se quede adentro y que apague la luz. Con otros comerciantes ubicados en las zonas aledañas a la peatonal y Bernardo de Irigoyen, armaron barricadas y no dejaban pasar a nadie.
De repente, observó a un grupo de 15 o 20 personas de civil “sacados” que decían ser policías. Escuchó que hubo un tiro al aire y presumió que fue un integrante de se grupo quien lo hizo. Cuando se acercó un comerciante con un arma en la mano, vio que uno de los policías desenfunda el arma y le apunta a la cabeza. El hecho no pasó a mayores porque luego siguieron hablando.
Más adelante, recordó que cuatro policías pasaron por ese lugar y los culparon a los comerciantes de lo que sucedía por “no pagar los impuestos”. Los comerciantes decidieron no reaccionar y dejaron pasar el comentario.
Pero el testimonio tuvo un quiebre cuando el fiscal le pregunto sí había sufrido alguna consecuencia a raíz de los sucesos. Díaz Ramos se tomó su tiempo para responder pero lo hizo con total seguridad. Pidió a los jueces que “hagan justicia” porque algún responsable de los hechos debe haber. “No se por culpa de quien: si de la inoperancia del gobierno; si los policías actuaron bien o no pero no quiero que esto vuelva a pasar”, dijo.
El sereno además aclaró que su novia estaba embarazada y perdió al bebé en esos días. Y que había comenzado con dos emprendimientos en esa galería: una tienda deportiva y otra de ropa. Pero su socia, luego de meter toda la mercadería en bolsas y dejarlas en la galería listas para llevárselas, huyó cuando escuchó que venía gente de Centro Eléctrico -un local de electrodomésticos que había sido vaciado- a saquear. Finalmente no pasó nada pero al otro día, cuando fue a buscarlas, las bolsas ya no estaban.
También atestiguó Horacio José Scheifler, comerciante y propietario de dos locales del rubro variedades en la peatonal. El testigo admitió que, cerca de las 23, vieron a 15 personas y pensaron que se trataban de saqueadores que venían de Centro Eléctrico. Él llevaba el arma cuando fue apuntado a la cabeza por tres integrantes del grupo de policías. “Decían que eran policías, no sé si eran”, manifestó. Además le dijeron que el no podía llevar armas y ellos sí. No obstante, Scheifler bajó la suya y los demás hicieron lo mismo. Luego entablaron un diálogo y dijo que los vio irse en dirección a la plaza 25 de Mayo aunque no quedó claro si iban a la Jefatura de Policía o no. Además escuchó que alguien hizo un disparo al aire y, aunque tampoco vio quien lo hizo, escuchó que supuestamente el autor del mismo fue el cuidador del shopping que había atestiguado minutos antes.
Otro de los testimonios de la mañana fue el de Roberto Berón, efectivo policial que trabaja en el Comando Radioeléctrico. El policía aseguró que esa noche salió de patrulla, cerca de las 21, pero a los 15 minutos el móvil en el que iba como acompañante y los otros dos que estaban en la calle recibieron la orden de volver por radio. Y aclaró que la voz de quien dio el aviso no era la de quien lo hacía en forma habitual. “No pudimos salir más porque nos dijeron que el Comando estaba tomado”, dijo Berón quien sostuvo que observó a gente de civil dentro del mismo.
Luego de un rato, sostuvo que recibió una recriminación de un hombre, a quien no conocía, quien le reprochaba en voz alta haber estado trabajando en Centro Eléctrico. Posteriormente su compañero de patrulla le dijo quien era: “BJ Gómez”. La referencia era para Luis Gómez, uno de los policías imputados, quien aseguró a los jueces que a esa hora estaba en la costanera. El defensor de Gómez, Edelmiro Díaz Vélez, pidió un careo con su defendido. Luego de que el tribunal accediese, Gómez se sentó delante del testigo y reiteró que él no estaba en la Jefatura a esa hora. En tanto, el testigo sostuvo que le habían dicho que era “BJ Gómez” quien le había recriminado. Gómez le pidió a Berón que reconociese si verdaderamente era él con quien había hablado esa noche y el tribunal suspendió el careo en ese punto.
El primer testigo de la mañana fue Horacio Osorio, periodista y director de diario ‘Río Uruguay’, quien aseguró que había recibido consultas de colegas de otras ciudades, en horas de la tarde, sobre la toma de la Jefatura y había intentado comunicarse sin éxito con Lucio Vilalba, el Jefe de Policía en ese momento. Luego de enterarse de que había saqueos y recorrer los lugares donde se estaban produciendo, fue a la Jefatura donde observó a unas 150 personas en uno de las alas escuchando lo que decían dos funcionarios policiales sobre una tarima. Luego quiso subir al primer piso pero tres policías de civil se lo impidieron. Salió a la calle y vio llegar a distintas patrullas que las dejaban estacionadas mientras descendían policías que se sumaban a la huelga. Luego no volvió a entrar debido a que el ambiente estaba “muy caldeado” ya que habían echado de mala forma del lugar a un equipo de Canal 2.
Debido a que uso varias veces la palabra “tomado”, comenzó una discusión con el abogado defensor Cesar Bonato, quien le preguntó si sabía lo que significaba esa palabra. Osorio respondió que se debía a la “falta de orden” que imperaba a raíz de la protesta aunque reconoció que pudo moverse libremente por la Jefatura, excepto subir a las escaleras.