El expupilo ratificó todo lo denunciado en 2012 y en su exposición contó particularidades de la relación con el sacerdote con un grupo de seminaristas. Confesó ante la magistrada que mantenía una estrecha amistad con el religioso. En la declaración sostuvo que nadie lo presionó e indujo a dar su testimonio contra el cura, sino que estuvo motivado por la necesidad de que se haga justicia, no solo por su persona sino por futuras víctimas, confió a UNO una fuente vinculada con el expediente.
En la presentación destacó la complicidad de los obispos y el ocultamiento que habría promovido monseñor Juan Puiggari. El denunciante estuvo acompañado por la querellante Rosario Romero.
Nuevo testigo
La jueza Firpo seguirá con la ronda de citaciones a testigos que puedan aportar nuevos elementos en la causa que se inició en 2012. Para hoy convocó al cura Diego Rausch, perteneciente a la iglesia Santa Teresita y asesor espiritual del Club Atlético Patronato.
Cabe recordar que el único imputado deberá volver a Paraná para someterse a una pericia psicológica, que fue fijada para el mes de abril, en lo que significará su primera comparencia ante la Justicia entrerriana.
