Luego se realizó un acto en la Plaza Cívica, a metros del ex Servicio de Informaciones de la Policía, donde funcionó el centro clandestino de detención en el que estuvo secuestrado durante la última dictadura cívico-militar.
En ese marco, su hermano Gustavo y su sobrino Matías pronunciaron emotivas palabras para recordarlo y reafirmaron que la lucha por la memoria, la verdad, la justicia y los derechos humanos no concluirán, rechazando así las declaraciones de quienes sostienen que hay que darle un cierre al tema.
“Siento que hoy estamos coronando un proceso muy largo, un triunfo colectivo, producto de la lucha de muchísima gente durante cuatro décadas. Y este proceso culmina en una especie de contradesaparición que es la que permite que hoy sepamos exactamente, sin ningún margen de duda, que Eduardo sí fue secuestrado, sí fue torturado y sí fue asesinado y su cuerpo escondido”, dijo Gustavo.
En el acto también hablaron Sabrina Gullino Valenzuela Negro; el subsecretario de Derechos Humanos de Entre Ríos, Julián Froidevaux; Daniel “Pinocho” Paduán, sobreviviente del terrorismo de Estado y compañero de militancia de Eduardo; y la abogada de H.I.J.O.S. Rosario y directora de la Memoria de Santa Fe, Nadia Schujman. En sus intervenciones estuvo presente el recuerdo de Carmen, Felipe y Guillermo, los padres y el hermano de Eduardo que en el mismo momento de la desaparición iniciaron la lucha que ahora conquistó este desenlace.
La familia Germano planteó que la invitación a los actos de restitución de Eduardo “es extensiva a todos los que se sientan parte de este triunfo colectivo que también representa la esperanza de nuevas identificaciones y alcanzar el objetivo de justicia para las víctimas de desaparición forzada durante la dictadura cívico militar”.
Eduardo Germano nació el 20 de febrero de 1958 en Villaguay, Entre Ríos, y a los 16 años fue elegido presidente del Centro de Estudiantes del Colegio La Salle de Paraná, donde comenzó a militar en Montoneros. Cuando tenía 18 años fue detenido-desaparecido en Rosario. Los familiares pudieron determinar que estuvo detenido en el centro clandestino que funcionó en el Servicio de Informaciones (SI) de la Policía local, donde sufrió torturas.
Según indicaron, “Eduardo fue asesinado junto con María Cristina Cayetana Pagnanelli. Sus cuerpos fueron volados con explosivos junto a la estación transformadora de energía en el barrio de Fisherton”. Finalmente los restos fueron enterrados en febrero de 1977 en una tumba NN del cementerio La Piedad de Rosario e identificados por el EAAF en 2014.
