El letrado de Concepción del Uruguay indicó que la reconstrucción del hecho le permitió a la defensa demostrar que “no hubo robo” y que el disparo “fue un accidente”. Ostolaza admitió que el placard estaba roto pero sostuvo que la Fiscalía no probó que ahí se guardaba dinero.
Más adelante, argumentando sobre las maneras diferentes de reaccionar ante un mismo hecho y la no confesión del hecho, el abogado dijo que “Marsicano tiene una personalidad bastante diferente a lo que es la normalidad de la gente”.
De la misma forma, señaló que no quedó demostrado el ingreso de dinero al patrimonio de Rosatelli. “Trajeron un montón de escrituras y hay un informe del Registro de la Propiedad que dice que dice que tiene dos propiedades. A mí la escritura no me prueba nada, la escritura es un papel nada más”, señaló.
No obstante, más adelante, el letrado dijo que si bien no podía dudar de la copia certificada que presentaron sobre las propiedades, señaló que “contra esas 10 propiedades, este hombre (Marsicano) tiene un campo que vale U$S 1.500.000. Si estamos en una discusión sobre quien tiene más propiedades, Marsicano tiene mucho más capacidad económica para tener bienes que Rosatelli”.
Asimismo, Ostolaza dijo que cuando se libró la orden de allanamiento contra Marsicano, no era investigado por el delito de robo calificado. “Las órdenes contra la casa de Marsicano fueron por otra cosa absolutamente diferente. Todo el tema del robo se empezó a investigar como consecuencia de haber encontrado en la casa de Marsicano dinero: esa es la verdad. No es al revés”.
A partir de las expresiones de los hijos de la víctima respecto de la desconfianza de su padre hacia los bancos para explicar por qué guardaba dinero en la casa, Ostolaza se basó en ese concepto para manifestar sus dudas respecto de que Marsicano supiese donde estaba el dinero. “Menos va a confiar en un compañero, en un amigo, con el cual chupaba todos los días. Es ilógico”, indicó. Y añadió que el dinero no estaba a simple vista teniendo en cuenta que los testigos explicaron que era guardado en un espacio de dos dedos de alto entre el placard y la pared.
De ser juzgado, tal como sostiene la defensa, culpable de homicidio culposo, Marsicano enfrentaría una condena de entre uno y cinco años. En cambio, si el tribunal lo juzga por homicidio calificado doblemente agravado tal como pidió la fiscalía, la pena que podría recibir es la de prisión perpetúa. El próximo jueves 23, a las 7:40, los jueces darán a conocer el veredicto.
