Luego del juicio unipersonal a cargo de la vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones local, doctora Alicia Vivian, la pena que recayó sobre Jonathan
Fernández es de tres años de prisión de cumplimiento condicional, inhabilitación especial para conducir automóviles por el término de seis años y tareas comunitarias. El condenado deberá fijar domicilio y tendrá que concurrir una vez por mes al juzgado de Ejecución de Penas, a cargo del doctor Carlos Rossi.
Tampoco Fernández podrá consumir bebidas alcohólicas y estupefacientes, mientras que las tareas comunitarias mencionadas serán de 24 horas mensuales, que deberá realizar en la Casita de Lucy, en calle Roffo.
Otra tarea comunitaria que cumplirá será 24 horas mensuales colaborando en controles de tránsito que realicen agentes de la Dirección de Tránsito municipal. Además, Fernández deberá asistir al programa de Educación Vial.
El fiscal Mauricio Derudi había solicitado una pena de prisión efectiva, a la que había adherido el abogado de la querella, José Morrison. El defensor oficial, por su parte, había pedido la absolución de su defendido.