Heller enumeró las causas por las cuales sostiene que nuestro país esté en default. En principio, negó que Argentina no quiera negociar con los holdouts y puso como ejemplo la cantidad de veces que el Gobierno abrió el canje. Por el contrario, definió a los fondos buitre como “un grupo de especuladores que apuesta a la judicialización, para obtener una renta extraordinaria. No quiere arreglo”.
“Cualquier convocatoria de acreedores, si logra más de dos tercios de adhesión, para los otros es de adhesión obligatoria”, señaló, al considerar que el hecho de que Argentina haya logrado el 93% de adhesión y que el 1% le judicialice la situación y trabe la posibilidad de cumplir con los otros “es a todas luces un despropósito”.
Por otra parte señaló que nuestro país acredita que está en condiciones de pagar, mientras que “default es la imposibilidad de pagar”, como sucedió en 2001. Señaló como ejemplo que “hoy la Argentina es solvente”, de ahí que considere que no estamos en default, sino que lo que ha sucedido es que hay “un juez que interrumpe el tráfico del dinero” destinado a los acreedores.
“El juez, evidentemente con parcialidad, falla a favor de este grupo de especuladores”, sostuvo Heller en Parlamentario TV, y estimó que la situación no puede terminar de otra manera que siendo “considerados” los factores enumerados por él. Por el contrario, dijo que con el mantenimiento del fallo del juez Griesa “no hay solución posible”.
Heller dijo confiar en el consenso internacional en torno a “la necesidad de dictar normas diferentes que pongan límite a la arbitrariedad de que un juez de distrito vaya por encima del derecho soberano de un país”.
En ese marco, estimó que el Gobierno mantendrá su posición y dijo que no se imagina que “la solución sea que Argentina acepte el fallo del juez Griesa”. Paralelamente, aseguró que “los riesgos de no aceptar el fallo son mucho menores que los de aceptarlo”, por lo que estimó que “vale la pena correr los riesgos que estamos corriendo”.