Tras conocer la sentencia, Roque Álvarez, propietario de la casa Álvarez polietileno, relató que “el nos pedía cheques para pagar los impuestos y se los depositaba en cuentas de su mujer e hijas. Esto lo hizo desde 1998 hasta 2006, cuando lo descubrimos” Álvarez, señaló además que la denuncia fue efectuada en 2007 ante la entonces jueza de instrucción Marta Amaduzi, y el debate fue litigado por el fiscal Jorge Suñer: “es el último caso del viejo sistema procesal que llega a juicio” destacó el damnificado y deslizó; “esto es bueno que la gente lo sepa, que no está todo podrido, que con pequeños granitos de arena, se pueden lograr cosas importantes, este contador estafó a mucha gente, pero no todos se animaron a denunciarlo, yo gracias a Dios y a mi familia que me apoyó hice y sostuve la denuncia, porque quiero vivir en un mundo mejor, y que estas personas no puedan seguir estafando a otras personas con la matricula”.
En cuanto al hecho, Álvarez recordó además que durante los periodos en que fue estafado, su negocio atravesó la crisis del 2001 “hacíamos esfuerzos para pagar y el se quedaba con el dinero” al tiempo que instó a “todos los que les pase algo así deben hacer la denuncia, es la única forma de cambiar las cosas, aunque lleve tiempo”
