Demoler un proyecto frustrado para concretar otro postergado

Por pedido del poder Ejecutivo, los concejales procedieron el jueves pasado a votar en favor del loteo y venta del terreno que ocupaba la ex clínica Segenovich. “Esto que trajo tanta controversia esta semana. Lo que hemos hecho los concejales en una decisión es avanzar para que con lo que se va a recaudar en la venta de estos terrenos con una comisión específica integrada por gente del Consejo de Discapacidad y concejales para poder construir un centro recreativo y de rehabilitación en la zona del Espinillar aunque esta por verse la forma técnica y legal que se le va a dar”, precisó.

Las instituciones que conforman el Consejo en Comisión firmaron una nota que apoya la iniciativa para que se concrete. “Creo que es sumamente importante”, dijo. La nota fue firmada por la Fundación manos a la Obra, Acicon (Asociación de Ciegos Concordienses), la vicedirectora de la escuela especial Nº 25 Sara Elena Quintero, la vicedirectora de la escuela especial Nº “Azahares” Ana Suhr, etc. En ella argumentan que “es un proyecto muy anhelado por aquellas familias que tienen dentro de sus integrantes personas con discapacidad. El mismo será espacio de esparcimiento, relax, donde habrá instalaciones para rehabilitación, recreación y piletas adaptadas”.

El lugar ya está definido y se ubica entre las termas actuales y el paseo Saint Exupery. “Son cuatro hectáreas donde ya tenemos planificado una pileta con agua termal porque sabemos que el concesionario tiene obligación de acuerdo a los pliegos de la concesión”, dijo en referencia a Verter SA.

El edil señaló que, con los fondos que se puedan recaudar, se podría encarar la construcción de una primera etapa. “Sabemos que esa tierra tiene un valor interesante”, señaló.

Armanazqui también se refirió a declaraciones periodísticas del presidente del ex intendente Juan Carlos Cresto quien le reprochó públicamente no haber trabajado en el tema. “Por ahí se piensa que cuando uno no lo hace públicamente parece que no se está dedicando al tema pero en forma silenciosa veníamos trabajando con el director de Discapacidad y otros funcionarios”, indicó.

El edil prefirió no polemizar al respecto y prefirió comprometer en la obra a Cresto, quien dijo que estaba interesado en el tema. “Con todo gusto vamos a aceptar la colaboración de la CTM para hacer un proyecto más ambicioso”, indicó.

 

La historia del predio

 

En 1999, Cresto era intendente, Elena Ostrosvsky era la secretaria de Salud y Acción Social y Armanazqui era el coordinador del área de Discapacidad. “Cuando me entero que ese predio que iba a ser una clínica de alta complejidad hasta con helipuerto de la Fundación Palessna del Dr. (Arnaldo) Segenovich se remataba. Hablé con la Dra. Ostrovsky que era mi superiora en ese momento, se lo planteamos al intendente, lo convencimos. El siempre puso empeño en esto para las personas con discapacidad. Si bien en ese momento la municipalidad tal vez económicamente no estaba en condiciones de comprarlo, con un esfuerzo del Consejo para la seña lo convencimos y fuimos al remate los tres me acuerdo”, dijo el edil.

“Era la primera vez que asistía a un remate que lo hizo la martillera Zaída Cristina que fue el primer remate que hacia como martillera. Estábamos sentados en la primer fila con el intendente y la Dra. Ostrovsky. En un momento, cuando vieron que el oferente era el municipio, es como que empezaron a levantar el valor. El (ex) intendente con experiencia en el tema se levanta y se va. Le manifiesto a Ostrosvky: ‘nos quedamos sin Promar 2’ porque eso le habíamos dicho, que ese era el Promar 2”, dijo.

Armanazqui recordó que el remate siguió y que el director del diario “El Sol”, Luis Mazurier, manifestó que compraba “en favor del municipio”. Pero en el acta del remate decía “en comisión a la municipalidad”. Luego el municipio compró un terreno contiguo para quedarse con toda la manzana.

Ese año terminó la primera gestión y luego asumió Hernán Orduna (99-03). “Todos sabemos la realidad económica nacional que atravesó”, dijo. Cuando retomaron en la segunda intendencia de Cresto (03-07), Armanazqui fue secretario de Salud. “Mi primer viaje a Buenos Aires para gestionar fondos fue a la Conadis (Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad) con la directora de Discapacidad, Cristina Yañez de Roggero, pero no contaban con fondos porque se habían destinado para el pago de deudas del Pami”, indicó.

Por ende, Cresto se comunicó con la entonces directora de Discapacidad de la provincia, Cristina Cremer de Busti. “Fuimos, visitamos el lugar y pusimos una placa como que se iba a hacer ahí”, dijo. En 2004 se firmó un convenio con la Provincia, ratificado posteriormente por un decreto, donde se transfiere las tierras al gobierno provincial para que se encargue de la construcción. “Lamentablemente no se concretó y como se sabe, cuando se cede y no se cumple en un determinado tiempo con el objetivo, volvió a manos del municipio”, recordó Armanazqui.

Los años pasaban y el proceso de deterioro del edificio, que finalizó con la demolición, se iba acentuando. Cuando lo compraron, en 1999, desconocidos habían comenzado a saquear las aberturas. Personal municipal extrajo las que quedaban y las almacenaron en el Corralón. Pero la depredación continuó: les robaron los caños de luz, de cloacas, picaron las paredes y las familias que pernoctaban allí hacían fuego contra la mampostería. “Fueron debilitando la estructura de hierro”, señaló.

La municipalidad decidió reubicar a la gente que allí vivía y luego tiró abajo la construcción. El edil dialogó con el secretario de Obras Públicas, Luis Benedetto, y le preguntó porqué se tomó la decisión de tirar abajo la construcción debido a que no era una obra tan antigua. Le respondió que se habían realizado estudios técnicos y el resultado fue la estructura corría riesgos de derrumbarse. “Hasta la misma gente que, si volvían a usurpar, corrían riesgos de derrumbe”, dijo.

“Los vecinos realmente están muy conformes porque no era que estaba usurpado únicamente por gente con necesidad con necesidad habitacional sino también con gente mal habida. Era un ‘aguantadero’ y producía muchos perjuicios a toda la comunidad”, indicó.

 

Otro proyecto inconcluso

 

Armanazqui dijo que saben que esos terrenos tienen un alto valor inmobiliario en el mercado. “Por ordenanza se van a establecer los precios de los valores de los terrenos. Se va a formar una comisión para que esa plata se vuelque de forma inmediata en el proyecto. Si Dios quiere, la superficie da para seguir ampliando. Por eso manifiesto que si el presidente de CTM quiere colaborar, con todo gusto”, reiteró.

El edil dijo que es fundamental concretar el proyecto porque pueden contar con el agua termal. “Sabemos todos los beneficios que trae para el tema terapéutico. Vamos a ir avanzando en ese sentido pero se dio un paso muy grande”, señaló. 

De esa forma, el municipio saldará una deuda pendiente desde 1999, año en que el Concejo aprobó el convenio con Verter SA. La cláusula 16º del contrato establece que: “dentro de los noventa días de aprobado el presente por el Honorable Concejo Deliberante, "Verter" se obliga a extender un caño de dos y media (2 ½) pulgadas a un terreno de propiedad de la Municipalidad de Concordia ubicado al sur del predio dado en concesión… garantizando a su vez a ésta el suministro del recurso termal en forma ininterrumpida durante todo el tiempo que dure la concesión, salvo problemas operativos y/o de fuerza mayor debidamente justificados que imposibiliten temporalmente el mismo. "Verter" deberá extender el caño especificado hasta el límite del terreno de la concesión…. La municipalidad de Concordia se obliga a utilizar el predio exclusivamente para el desarrollo de Programas Sociales orientados a niños y jóvenes de escasos recursos de hasta dieciséis (16) años de edad y a discapacitados”.

Hasta la fecha, y tal como en la ex clínica ahora demolida, nunca se llevó a cabo ningún programa social para menores y discapacitados  en ese lugar. 

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