El día Internacional de la Mujer trabajadora es sinónimo de lucha. El primer Día Internacional de la Mujer conmemoró una manifestación de trabajadoras que se había realizado en Nueva York en el año 1857.
Sin embargo, la celebración moderna del día en que reconocemos a las mujeres y sus luchas proviene de otro suceso: El 25 de marzo de 1911 se incendió una fábrica textil también en Nueva York donde murieron 146 trabajadoras, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes.
De las cenizas de ese trágico evento surgió la búsqueda de justicia social. Cien años después, esa llama sigue ardiendo en todo el mundo; y es por ello, que las y los invitamos a unirse, a seguir trabajando y conmemorando este día como una jornada de lucha, como un espacio donde celebremos lo conseguido, pero también como trinchera desde donde procuremos la igualdad.
Ser Mujeres nos sensibiliza, y nos hace reflexionar sobre todo aquello que aún queda por conseguir sin perder de vista todos los derechos que ya hemos conquistado: el acceso a la educación en todos sus niveles, a trabajar fuera del ámbito doméstico y remunerado, a votar, a jubilarnos (incluso como amas de casa), a tener una licencia por maternidad, a poder denunciar cualquier tipo de violencia que atente contra nuestra integridad física, psicológica, moral. Estos y tantos otros derechos que nos involucran (divorcio, adopción, matrimonio igualitario, de fertilización asistida) han sido conquistados con militancia y compromiso político no sólo de muchísimas mujeres de todo el país, sino también a hombres que cuestionaron el patriarcado y se comprometieron con nosotras.
La violencia hacia las mujeres sigue siendo un tema central en nuestras agendas. Un reciente informe de “La Casa del Encuentro” revela que en nuestro país durante el año pasado se registró un aumento de los femicidios: 295 fue el total del año 2013, 13 de los cuales fueron en nuestra provincia. Tenemos una hermosa ley a nivel nacional que nos ampara de todo tipo de violencia pero en la práctica muy pocas veces se pone de manifiesto.
Sumado a esto la Mujer sigue siendo mercancía, sus cuerpos siguen sirviendo a un mercado no sólo para vender productos sino también para que ellas mismas sean el producto a vender, LA TRATA DE MUJERES Y NIÑAS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL, sigue siendo para nosotras un tema que no está resuelto y que sin dudas sigue creciendo en la sombra de cada localidad.
Las mujeres desaparecen, los clientes siguen pagando por ellas y nosotras seguimos insistiendo en que el estado desmantele las redes de trata y persiga a los proxenetas, una vez más volvemos a decir que “sin clientes no hay trata y que la trata no es lo mismo que la prostitución”.
Por último, esperamos que este año el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, salga de los cajones y del polvo y nos garantice a las Mujeres no sólo UNA LEY que nos brinde el DERECHO a DECIDIR sobre nuestro cuerpo, sino que sea un amparo legal para terminar con las prácticas clandestinas que mueven millones de pesos y cuyas víctimas directa siguen siendo, una vez más, las mujeres de menores recursos económicos.
Porque estamos convencidas de que el cambio requiere no sólo de legislación, sino que además se necesitan políticas públicas y compromiso de toda la sociedad, de compañerxs que estén a nuestro lado. Preferimos que antes que flores, bombones, ropa, zapatos o cualquier otro regalo nos acompañen en este camino de lucha para conseguir una sociedad más justa e igualitaria para TODAS LAS MUJERES.