Los concejales deben actualizar el boleto de colectivo entre la espada y la pared

Clara siempre viene a Concordia a cobrar o a realizar diversos trámites. Viaja en la Línea 1 y aseguró que los móviles están bastante deteriorados. “Adentro están jodidos los asientos, a veces las ventanillas que no se abren. Con sólo verlos ya uno se da cuenta. No me ha tocado transbordar pero se rompen”, indicó.

Respecto de la posibilidad de que suba el precio del boleto, dijo que hay que tener en cuenta que “hay gente que tiene que viajar todos los días, tiene que venir a trabajar”. “Para mí $ 5 es mucho”, expresó Clara. En ese sentido, cuatro viajes al día son $ 20.

Carlos espera el colectivo de la Línea 2 en la esquina de Catamarca y Pellegrini. No se mostró de acuerdo con subir a $ 5 el boleto. “Me parece que no. La gente que viaja es gente humilde la mayoría, gente trabajadora pero, bueno, las cosas están dadas así”, indicó. Medio de transporte alternativo no tiene dado que ni siquiera puede caminar hasta el barrio Belgrano, donde vive. “Estoy operado y tengo que tomar el colectivo sí o sí y conmigo veo que viaja mucha gente grande que tiene que tomar el colectivo. Lamentablemente siempre tengo que venir acá al centro”, indicó.

En la misma esquina, a pocos metros estaba Clarisa, una empleada doméstica. Dos veces al día debe viajar desde la zona del Masvernat al centro a bordo de un interno de la Línea 7. La mujer sostuvo que los colectivos de la 7 están en buen estado. Pero en los de la Línea 2 “es imposible viajar”. “Están mal los colectivos en todo, los asientos, los vidrios rotos”, acotó.

Un boleto de colectivo a $ 5 es caro. Uno a $ 4 incluso: “es caro para mí”, confiesa. “Yo tengo que viajar todos los días, de lunes a viernes. Es mucha plata; es imposible pagarlo”, admitió. “Caminar es imposible”, añadió Clarisa en referencia a la distancia que debe recorrer.

En la esquina de Aristóbulo del Valle y San Luis esperaba el colectivo Daniela, empleada privada. Viaja cuatro veces al día. “Me parece medio excesivo el precio porque es un gasto diario que la gente tiene y la gente que anda en colectivo es la que menos ingresos tienen por lo general. Es demasiado para un gasto diario”, señaló la mujer.

En la misma intersección aguardaba María, quien suele subir al transporte público hasta tres veces por día debido a que vive en calle La Pampa, en la zona suroeste, y viaja al centro a realizar compras o pagar cuentas. Interpelada por el aumento en ciernes dijo: “para nosotros es caro pero a ellos les hace falta. Por algo será que piden ellos aumento. Si hay que apoyarlos, los apoyaremos con los $ 5”, manifestó.

En San Luis y Vélez Sarfield esperaba el colectivo Aurora, una jubilada, quien sostuvo que el colectivo es: “mi medio de transporte”. “Viajo constantemente al centro por el médico o para hacer alguna comprita que podemos hacer los jubilados”, manifestó. Ante la consulta sobre el futuro aumento, respondió: “con el 11 % que nos aumentó la Presidenta ya no vamos a poder viajar ni siquiera en ómnibus urbano”. Para la jubilada, $ 5 es una “barbaridad”. “Que pongan $ 5 para los que pueden pagar. Y lo que no podemos pagar ¿qué hacemos? Estoy sola, con bastón, cobro la mínima y vivo en el barrio Universidad y más de dos cuadras o tres no puedo caminar por mi pierna”, sostuvo.

La mujer viaja en varias Líneas: 3, 5, 7 y 1. “Convengamos que ninguna línea de Concordia son coches nuevos. No pidamos aire acondicionado pero aunque sea regularmente buena. Hoy vinimos en la Línea 1 (iba acompañada por una jovencita) y por poco el asiento se me va hasta atrás”, sostuvo.

El aumento, la única salida

El litro de gasoil de YPF costaba $ 6,50 en enero de 2013, fecha del último incremento del boleto de colectivos. En la actualidad cuesta en surtidor $ 8,80. Durante ese lapso se incrementó un 35 %. No obstante, a pesar de que el combustible que utilizan en parte está subsidiado, la Cámara pidió una suba del boleto que duplica esa cifra: un 66 %. Los ediles contraofertaron un incremento del 33 % (16 % en marzo y otro porcentaje similar en agosto), un cifra más acorde con las variaciones del gasoil.

Pero Vallarino dijo: “lo que ofreció el Concejo Deliberante es imposible de aceptar porque las empresas estamos trabajando prácticamente a pérdida y hay muchas que no están llegando a fin de mes”. Por ende, sostuvo que el encuentro de ayer pasó a un cuarto intermedio hasta el martes, a las 10 de la mañana, donde seguirán discutiendo la problemática.

El panorama no es el mejor. “Lo que se ha hablado entre las empresas es que, si esto sigue así, probablemente pronto comience una reducción de frecuencias y de coches para poder llegar a fin de mes. Por consiguiente, lo que traería sería una suspensión de algunos socios porque no habría trabajo para todos y los que son sociedades SRL como Palmares ayer mencionaron que posiblemente estarían reduciendo dos coches en la Línea 3 y dos en la 4. Por consiguiente estarían dejando afuera a ocho choferes”, explicitó Vallarino.

“Es una problemática con una sola salida: el aumento del boleto”, dijo el responsable de la cooperativa.

“Y más cuando acabo de recibir una nota de la secretaría de Transporte de la Nación que está haciendo un estudio para eliminar los subsidios o reducirlos en un buen porcentaje. Está bastante compleja la situación”, dijo más adelante.

Vallarino dijo que el Concejo se comprometió a rever la propuesta de aumento escalonada. “Nos juntaremos el próximo martes a tratar de acercar posiciones”, manifestó. La Cámara no va a presentar otra proposición y se mantiene firme en los $ 5. “Nosotros ya presentamos lo que solicitamos”, reiteró.

Además, el martes los ediles esperan que haya un informe ampliatorio de los aumentos de los insumos que respalde la cifra reclamada por los colectiveros. “Yendo bastante hacia atrás, teniendo en cuenta el aumento del último trimestre de 2012 en adelante. Nosotros vamos a llevar la documentación respaldatoria”, anticipó.

Asimismo, admitió que probablemente no lleguen a los $ 5. “Tampoco queremos que el usuario termine pagando las consecuencias”, dijo. Pero, a renglón seguido, señaló que no por ello van a dejar de solicitarlo. “La situación de las empresas es bastante apremiante. Así no pueden seguir funcionando y más teniendo en cuenta el elevado costo que tenemos para poder prestar el servicio. Todo va aumentando de una manera impresionante”, añadió.

“Nosotros no queremos llegar a eso (suspensión de trabajadores) porque perjudica a todos, a la empresa, la moral de los asociados. Nos duele mucho tener que hablar en estos términos pero realmente es lo que podría llegar a suceder”, dijo por último Vallarino.

Lo único que queda claro es que los ediles deberán sacar cuentas una y otra vez y afinar el lápiz a fondo para dejar conformes a todos. No será una tarea fácil teniendo en cuenta que hay intereses encontrados.

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