Consecuente al pedido de auxilio acudió una dotación y se encontró con un cuadro desesperante, al observar a un anciano que yacía sobre el piso del taller mecánico con evidentes signos de tener lesiones graves en la zona craneal. De inmediato se lo traslado al hospital San Antonio para su asistencia médica especializada dada la gravedad de su integridad física.
Se pensó en trasladarlo a un centro asistencial de mayor complejidad, pero su estado crítico, no ameritaba ser movilizado hasta esperar una mejor evolución. A pesar de todos los esfuerzos médicos, en horas de la noche por las gravísimas lesiones inferidas sobre su cabeza, a raíz del aplastamiento de un tractor en movimiento, que le provoco un hundimiento de cráneo, con complicaciones posteriores para su salud con destino fatal.
Por consiguiente a la noticia mientras el septuagenario peleaba por su existencia terrenal, la actuación policial se limito a realizar las averiguaciones del caso y labrar las actas pertinentes a las pruebas periciales para demostrar las circunstancias en que acaeció el deceso. De Zam, de profesión mecánico, le dio arranque al pesado vehículo haciéndole puente al encendido del motor pero por encontrarse en cambio, provoco su desplazamiento originando la tragedia, ya que el rodado atropello al difunto chocando inclusive un auto estacionado en el galpón hasta aprisionarlo contra la pared, quedando en marcha con sus ruedas patinando sobre el piso hasta la llegada en auxilio de un vecino que escucho los gritos de socorro del fallecido.