“Todos saben que en Entre Ríos no existen condiciones objetivas de pobreza que puedan justificar la violencia, el robo y el vandalismo que se vio en Concordia, principalmente. Uno no desconoce que existen bolsones de pobreza y necesidades, pero la promoción de la violencia y la coordinación del estallido en consonancia con el reclamo policial fue algo alevoso. Realmente fue una conspiración para alterar el orden público y obligar al gobierno a una negociación contra las cuerdas. Creo que se van a encontrar pruebas de eso y ojalá los responsables tengan el castigo que se merecen por las vidas que se perdieron, por los perjuicios que sufrieron comerciantes y familias y por el riesgo al que se sometió a toda la población de una ciudad”, dijo a El Diario de Paraná.
“Si te referís a un supuesto efecto cascada que parece que muchos medios nacionales están como fogoneando, te digo que yo tengo confianza en la responsabilidad de los dirigentes y en la responsabilidad de los entrerrianos en que van a estar a la altura de las circunstancias. No tengo ninguna referencia de que esta crisis que vivimos en Concordia pueda ser usada como una plataforma para reclamos fuera de lugar. Las paritarias estatales que se van empezar a discutir en enero –en las que se discuten muchas cosas no sólo salarios– van a tener un nudo central que es la evolución de los precios y la evolución de los ingresos genuinos del Estado. Y el gobierno hará el mayor de los esfuerzos, como siempre lo ha hecho, para mantener el poder adquisitivo de los salarios estatales que es algo que va en interés de los propios trabajadores, pero también de toda la economía provincial, pero dentro de una racionalidad que será expuesta en la negociación y ante la sociedad. Y por supuesto que vamos a hacer un esfuerzo para evitar o postergar gastos que no sean prioritarios”, mencionó en otro párrafo.
“Dejame que te diga que todas esas cosas de la dirigencia y quién se junta con quién, me parece algo absolutamente irrelevante. Pero sí, la vi. Creo que hay algunos muchachos jóvenes, supuestas esperanzas blancas de la nueva política, rodeados de especuladores, saltimbanquis y carcamanes de la vieja política y siento que ese experimento jamás podría tener éxito en la Argentina porque se lo comen en dos meses. Creo que el futuro de la Argentina no se construye con los ojos en la nuca”, dijo además Uribarri.