El lamentable hecho se desencadenó cuando la niña se acerca para aparentemente extraer agua de una canilla que estaba ubicada sobre una pileta de cemento que es utilizada como lavatorio en el patio externo del terreno de la vivienda. Se colgó del borde superior y por ello fue retada por una vecina que la vio momentos antes del accidente. No obstante, se produjo el desprendimiento de la mampostería que la sostenía de la pared, cayendo pesadamente por sus dimensiones sobre la diminuta integridad física de la nena, produciéndole un fuerte golpe en la zona del cráneo y el tórax, quedando inclusive aprisionada con la parte inferior al darse vuelta el lavatorio, que además tenía agua.
La menor se domiciliaba en calle Gualeguay del barrio Islas Malvinas. Fue trasladada por su tío Miguel de 37 años, quien se domicilia en el mismo barrio, aclarando que no convivía con la menor, ya que esta estaba en su casa al cuidado del hermano de su padre, Martín de 23, debido a que su progenitora María, de 22, se había retirado momentáneamente para buscar a sus hijos de la escuela.
Fue rescatada por el padre, quién la ingreso al interior de la finca, pero al ver el mal estado en que se encontraba, llamó a la abuela de la nena, quién en su desesperación le pidió auxilio a Miguel para que la traslade de inmediato en un auto particular. En el nosocomio local se diagnostico un fuerte traumatismo de cráneo y tórax, falleciendo por un paro cardiorrespiratorio
El cuerpo fue examinado por el médico forense, quién además aconsejo al Fiscal en turno -quién acudió enseguida al hospital para corroborar todo lo narrado- a no realizar la autopsia por considerar el caso como un accidente domestico, disponiéndose en consecuencia la entrega del cadáver a sus familiares.