La mayoría de las viviendas precarias de la zona noroeste sufrieron la voladura de los techos o el derrumbe total o parcial de la misma. Otras padecieron la rotura de los techos debido a la voladura de chapas. Y en algunos casos fueron afectadas por la caída de árboles.
El operativo comenzó el viernes en horas de la madrugada misma, pocos minutos después de que el granizo y los vientos hicieran estragos en varias zonas. Pero en especial de la noroeste incluyendo asentamientos como Nueva Esperanza, Villa Cresto, El Silencio y otras más cercanas como 9 de Julio o ex Cancha Las Heras. Las autoridades de inmediato comenzaron a distribuir colchones, frazadas, alimentos pañales, leche, nylons y chapas. Sólo el primer día se entregaron 7.500 chapas de cartón y fue la prioridad por temor a que la lluvia se precipitase nuevamente.
En algunos lugares la tormenta se ensaño particularmente como el caso de 14 familias del barrio Sarmiento que se quedaron sin hogar. Además la escuela del barrio que lleva el mismo nombre perdió uno de los muros debido a que se derrumbó. Otras tres familias del barrio Mendieta quedaron a la intemperie.
En Desarrollo Social aseguraron que toda la ciudad fue afectada pero, lógicamente, los daños repercutieron de diferente manera. Muchas casas solamente se mojaron en su interior pero los techos rotos fueron una manifestación del temporal que no tuvo limitaciones geográficas ni sociales. En muchas casas céntricas tuvieron voladura de chapas de zinc y por ello también hicieron reclamos en el municipio pero desde allí les explicaron que no entregan ese tipo de material. Incluso, el propietario de un galpón ubicado en la zona de Estación Yuquerí pidió de manera desesperada ayuda por la pérdida de la cobertura del inmueble pero recibió la misma respuesta.