A fines de agosto de 2012, Jacinto Andrade, un joven correntino que venía a visitar a sus tres tías una vez por mes para acompañarlas a cobrar la pensión, se encontró con que una de ellas, en esta caso María Delicia Ponce, de 82 años, había fallecido aparentemente de muerte natural hace 10 o 15 días atrás y sus dos hermanas, ambas de edad avanzada, no se habían percatado del deceso. Andrade se encontró con el cadáver de su tía recostado en un sofá cama. La mujer, según los peritos médicos de la Policía, había fallecido hace 10 o 15 días atrás.
Las dos hermanas, de 76 y 81 años, no habían dado aviso a las autoridades o a algún familiar -aunque no tienen ninguno en Concordia- se presume debido a que no tienen el grado de lucidez suficiente o de movilidad. Una de ellas padece el mal de Alzheimer y la otra a duras penas puede caminar. En total, la mujer fallecida tenía cinco hermanas. Una de ellas vive en Corrientes, la madre de Andrade. Las otras dos en Buenos Aires.