El gobierno evalúa importar si no bajan los precios y así «evitar abusos»

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió ayer durante un acto en la Casa Rosada que estudia junto a su equipo económico abrir las importaciones de ciertos productos si los empresarios no se comprometen con la cadena de valor. «En estos días y en los próximos vamos a hablar y discutir –adelantó–, y si es necesario tomar medidas y hacer una apertura de determinados productos, porque quienes los venden hacen ejercicio monopólico, veremos si no hacemos más flexible la importación», al tiempo que pidió a empresarios y dirigentes sindicales «un esfuerzo compartido» e «inteligencia» para proteger los logros del modelo económico de los últimos diez años. Además, anunció un crecimiento del PBI en enero de un 3,2%, a pesar del contexto de la crisis internacional, y una reducción, en el último cuatrimestre, del Coeficiente de Gini que mide la desigualdad en los ingresos.

«A veces uno siente un poquito de rabia o bronquita», confesó la presidenta al inicio de su planteo sobre cómo será el «día 61», cuando venza el acuerdo entre el gobierno nacional y los empresarios para estabilizar los precios y convocó a una mesa de diálogo amplia. «Hemos tenido una política de cuidar la producción nacional y de defender la producción del país –dijo y, con cautela, evitó usar la palabra «protección»–.

Pero tampoco es justo que algunos usen eso para venderles más caro a los argentinos y ganar más», analizó, en su primer discurso desde que regresó del Vaticano, donde presenció la entronización del Papa Francisco. Sin embargo, inmediatamente, aclaró que la posible flexibilización no será para favorecer a los importadores: «Que no se refrieguen las manos los importadores, porque vamos a hacer un sistema para que ellos no se queden con la diferencia.»

Después, citó una entrevista al empresario supermercadista Alfredo Coto en la que aseguraba que la empresa había bajado los gastos en publicidad –en una clara defensa de la medida ideada por el secretario Guillermo Moreno– y había logrado mejorar la rentabilidad respecto del mismo mes del año pasado.

Después, pidió un «esfuerzo compartido»: «Siempre hay uno que tiene que hacer más, pero una crisis internacional exige inteligencia para preservar todo lo que hemos logrado». «Todos somos buenos pero vigilados somos mejor», aseguró después con la clara intención de que la máxima resonara en los oídos de los empresarios.

«Hoy le preguntaba a mi equipo sobre las ganancias de dos empresas lácteas que estaban muy mal en 2003 –en referencia a Sancor y Mastellone–. A una la ayudó Néstor y a la otra, Chávez, curiosamente dos personas que ya no están», recordó y contó que la rentabilidad que han tenido desde entonces es «impresionante».

Curiosamente, en esta oportunidad, no había empresarios en el auditorio pero el mensaje fue claro y directo. «No nos molesta porque sin rentabilidad no hay inversión, pero ahora tenemos que ser inteligentes y hacer un gran esfuerzo para, entre todos, activar las herramientas de este hermoso modelo para seguir creciendo», pidió, y consideró que el empresariado nacional debe entender que la rentabilidad «se da por volumen y no por bajar la producción y acrecentar el precio». Además, con una filmina, mostró que la capacidad instalada todavía permite esa ecuación y que no puede ser usada como excusa para no producir más.

Cristina hizo estas declaraciones en un acto en el que anunció nuevas adjudicaciones del Plan Pro.Cre.Ar y una nueva línea crediticia para mejoras y ampliaciones de viviendas, los que forman parte de la segunda etapa del programa.

En otro tramo de su discurso, la mandataria insistió en la necesidad de conciliar y dialogar con los distintos sectores de la economía e hizo un pedido claro y contundente para los dirigentes sindicales y los trabajadores, en la antesala del inicio de las paritarias más influyentes: «Lo más importante para un dirigente sindical hoy es garantizar el trabajo registrado para todo el año.»

También reiteró que, a pesar de la crisis internacional, el año pasado el país creció el 1,9% y que, en enero de este año, el PBI creció 3,2%, lo que «revela una recuperación que se ve también en la recaudación». Ante esos números, pidió «redoblar el esfuerzo», en una clara ratificación del modelo económico, en medio de una presión especulativa sobre el dólar que busca una devaluación, aunque no se refirió de manera explícita al tema.

También repasó la mejora en los índices de pobreza e indigencia en la última década, con la intención de demostrar cómo el crecimiento económico cambió la sociedad argentina. Un párrafo aparte de su discurso mereció el análisis de la evaluación del Coeficiente de Gini, que mide desigualdad en los ingresos, y anunció que en el último cuatrimestre bajó a 0,359. «Con esto, hemos mejorado la muy buena performance de 1974», analizó.

Ante un auditorio integrado por funcionarios, gobernadores e intendentes de 37 localidades, destacó también «el aumento significativo de la rentabilidad» tras el acuerdo de precios establecido con los supermercados. Después, adelantó que «el día 61» el gobierno se «sentará con empresarios y sindicalistas» para garantizar la estabilidad de los precios. También sumó a los intendentes y gobernadores. «Es importante que los impuestos cascada no afecten la actividad», les pidió.

También volvió a referirse a la crisis internacional que «parece no tener fin» y contó que durante su viaje a Roma pudo percibir de cerca el alcance y la repercusión social de la crisis. En ese contexto, descartó que la Argentina esté aislada del mundo y se permitió un chiste: «Nos decían que estamos aislados del mundo y han nombrado un Papa argentino…» «La Argentina está bien vista por las sociedades del mundo, por la gente común, lo que nos dicen sobre el modelo y lo que es la región, que logró revertir décadas de atraso», afirmó.

Al finalizar su mensaje, la presidenta exhortó a lograr que hasta el último argentino tenga la vista en alto ante cualquier persona. «No puede haber un solo argentino que baje la vista porque le dijeron alguna vez que no podía ver al patrón.» «

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