La Costanera ya no tiene custodia de Prefectura

El único que hizo declaraciones sobre el tema fue el concejal Alberto Zadoyko (FEF) quien recalcó que el servicio está suspendido. “La razón sería porque la Prefectura aparentemente aumentó la tarifa”, señaló. De $ 35.000 mensuales que la municipalidad pagaba, la cifra pasó a ser de $ 45.0000 aproximadamente según datos extraoficiales del municipio.

Fuentes municipales aseguraron que están interesados en volver a contar con la custodia que le suministraba la fuerza de seguridad. El dato fue confirmado por Zadoyko. “Se está esperando para llegar a un acuerdo y que se pueda volver a tener la seguridad en la costanera”, explicó. En la municipalidad esperaban la asunción de un nuevo responsable del Escuadrón, hecho que sucedió esta semana cuando se hizo cargo del mismo Eduardo Esquivel.

DIARIOJUNIO intentó comunicarse con el responsable del tema a nivel municipal, el titular del Ente Costanera, Armando Gay, pero las llamadas que fueron atendidas por sus secretarios, quienes aseguraron que le iban a enviar el mensaje, no tuvieron respuesta alguna. Llama la atención el desinterés por informar a un medio de comunicación acerca del servicio de seguridad, fundamental en la principal zona turística de la ciudad, que atañe directamente al ente que lo administra.

De todas maneras, la Prefectura sigue prestando el servicio aunque en forma muy livianamente, con pasadas esporádicas por la costanera. “El trabajo fuerte lo está haciendo la Policía”, indicó Zadoyko.

¿Por qué la Prefectura no presta el servicio de manera regular, sin necesidad de cobrar adicionales, teniendo en cuenta que se trata del borde costero del cual están a cargo?, Si eso no es así, ¿cuál es la jurisdicción de Prefectura?¿Los efectivos que recorren la zona, dejan de prestar funciones en el escuadrón para hacerse cargo del servicio o se trata de personal de franco?,¿Falta personal? Las preguntas fueron transmitidas al Escuadrón desde este medio pero no obtuvieron respuesta alguna. La razón es que no pueden hacer declaraciones sin autorización oficial del ministerio de Seguridad. Un silencio burocrático-administrativo impera en la fuerza asentada en el borde costero.

En consecuencia, sin respuesta de un lado ni del otro, un medio de comunicación se ve impedido de poder llevar a cabo su trabajo: informar a los concurrentes a la costanera de las razones por las que no hay más custodia de los efectivos. ¿Es necesaria la presencia de los prefectos? Una rápida recorrida por las instalaciones remodeladas hace tres años obtiene una respuesta afirmativa.

La encargada de uno de los baños asegura, off the record, que estaban más resguardadas con los prefectos. Si bien se encargaban de cuestiones de orden como evitar que las motos o las bicicletas suban a la vereda, los autos circulen a contramano, evitaban que grupos se reuniesen a ingerir alcohol, la pesca en lugares no habilitados o arrojar basura en cualquier lado, quienes trabajan en la zona rescataban su intervención en situaciones de conflicto. Las días en que la temperatura supera los 30º o más grados, en la playa Los Sauces suele reunirse gran cantidad de gente. Muchas veces se trata de grupos provenientes de distintos barrios humildes, de la zona sur más que nada, con algún historial de rivalidad que termina eclosionando en el balneario. Más de una vez la mujer ha presenciado peleas y, en ocasiones, ha pedido ayuda a los prefectos quienes se apostaban en el lugar para prevenir o acabar con cualquier rencilla.

Ahora, de esa tarea se encarga la Policía. De hecho, desde la Jefatura hay interés en ocupar la garita que era ocupada por Prefectura, a la altura de la última rotonda. En ese lugar se apuesta un efectivo en forma permanente durante la mañana y la tarde.

Además los bici-policías recorren permanentemente la costanera. “Yo pensé que iba a ver un patrullero estacionado permanentemente. Ellos me dicen que los llame cuando pasa algo. Puedo salir corriendo pero para cuando los encuentro ya es tarde”, dijo la encargada del baño. Lo mismo cuando se llena de adolescentes el baño que permanecen en el mismo ensuciándolo o fumando o alguien se le ocurre romper los sanitarios, tal como sucedió la semana pasada, cuando un hombre de edad con cierto desorden mental pateó varias veces sin razón alguna la puerta de un sanitario. En esos casos, las mujeres no pueden hacer nada, son simples testigos.

Ninguna custodia está de más, no tanto por los hechos delictivos ya que se asegura desde la Policía que en esa zona el índice delictivo es 0 %, sino por el cuidado de las instalaciones. Basta hacer un poco de memoria para recordar los antecedentes del vandalismo que reinaba en las antiguas instalaciones de la costanera. A tal punto que desde la municipalidad admitían que era inútil intentar poner en condiciones la iluminación, las parrillas y los lavaderos del viejo camping y los ajetreados baños “¿Para qué? si ponemos una canilla y no dura nada”, se sinceró una vez un ex titular de Turismo que hoy está en el IAPV.

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