Vale decir que, como muchos otros periodistas y locutores de Concordia (entre ellos Miguel Angel Porcheto y Miguel Gallo), Portillo debió emigrar a otro país para poder desarrollar su profesión, la vecina ciudad de Salto, que los cobijó.
Allí, la generosa grilla de radios, les dio un lugar a todos. En el caso de Portillo, Radio Cultural de Salto, fue, sino la principal, una de las radios en la que trabajó con un programa que generalmente grababa en su casa, donde había instalado un estudio de radio.
A comienzos de la democracia y cuando buena parte de la dirigencia política no tenía cabida en la radio de Concordia, LT15, por el estudio de radio de Portillo pasaron muchos de los censurados y a los que él les daba cabida.
Aunque con una visión ideológica y política más bien conservadora, Portillo fue uno de pocos que se animaba a abrir el micrófono a expresiones de centro izquierda cuando estas expresiones eran casi mala palabra en esta ciudad impregnada por la ideología pro militar de El Heraldo y LT15.
Por lo demás y como toda persona pública ligada a los medios de comunicación, Portillo despertaba simpatías y antipatías.