En ese sentido, Vallejos señaló que en los últimos tres meses se produjeron numerosos hechos delictivos. “Los hechos de violencia en la zona sur siempre han sucedido. Lo que vemos es un avance bastante importante, cada día son más reiterativos, en los últimos tres meses. A nosotros nos preocupa mucho porque en el sector de emergencias y en la guardia los profesionales que atienden reciben muchas agresiones tanto verbales como físicas y eso hace replantear un poco el tema de seguridad”, indicó Vallejos.
Durante el horario matutino de cambios de guardia del personal de salud, a las seis de la mañana, se han producido asaltos, robo de carteras y arrebatos de bolsos. El modus operandi que tiene como principales blancos a enfermeras mujeres es la aparición súbita de dos personas corpulentas que “les piden algo”. Ante el temor y la duda de que estén armados, las víctimas optan por entregar “lo que tienen”.
Incluso, el viernes 10 de agosto, día en que se produjo un tiroteo en el barrio María Goretti que dejó a dos jóvenes heridos, integrantes de las familias de los baleados ingresaron con armas a la guardia y amenazaron al personal. “Tenemos que tratar de evitar lamentar algún hecho desgraciado, quizás la pérdida de algún compañero de trabajo o algún médico”, mencionó.
Ese tipo de hechos sucede frecuentemente los sábados. “Va gente que ha sido herida, van con los familiares, patotean a las personas que están siendo atendidas. Se crea un ámbito de trabajo bastante inseguro”, resaltó el director. Incluso, la presencia de gente alcoholizada o bajo el efecto de estupefacientes. “Intimidan a cualquiera y es una preocupación muy importante para los médicos”, señaló. Todos los profesionales del hospital firmaron una nota reclamando el incremento de las medidas de seguridad.
El nosocomio cuenta con cámaras de vigilancia y un servicio de seguridad interna pero los integrantes del cuerpo no pueden “tocar” a los pacientes u otras personas que ingresen. Para ello se requiere personal policial debido a que pueden “intimidar de otra manera a la gente que va con otras intenciones”.
Mendoza le pidió 15 días para gestionar una garita desde Paraná. “Si no se consigue esa garita, construiremos con gente del hospital y con los permisos necesarios de la municipalidad”, indicó. La ubicación ideal de la cabina es la esquina de Urquiza y Scattini dado que desde allí se divisan los dos febotes del predio que quedan abiertos durante la noche. La entrada al servicio de Salud Mental está por Urquiza y la guardia por Scattini.
Además de la caseta, Vallejos señaló que requieren que se incrementen la frecuencia de los recorridos del personal policial de la Comisaría 1º. “Eso va a brindar un poquito más de seguridad a la gente del hospital”, manifestó.
Anteriormente había un agente de policía en el interior del nosocomio. No obstante, Vallejos explicó que el presupuesto de Salud “no da para eso”. Es que los adicionales deben ser abonados desde el nosocomio. “Hoy estamos trabajando con un presupuesto muy ajustado”, indicó.
“Es un poco hartante hablar de la seguridad y siempre del mismo tema. Vamos a empezar a trabajar aunque no sé si lo vamos a resolver pero vamos a accionar una serie de pasos para decir ‘vamos a estar un poco más seguros’ para darle un poco más de tranquilidad al personal”, señaló Vallejos.