Mostrar estos datos duros, visibilizarlos, deben ayudar a la transparencia pública en un momento en que el Estado discute la reconversión del sector.
En el INTA incluso existe un lote experimental de mandarina Nova que se inició en el año 1994 y que muestra las diferencias existentes entre hectáreas con 1250 plantas y con 400.
En los casos de 1250 plantas se llegó a producir más de 100 toneladas de fruta por hectáreas. La diferencia es abismal.
Además, con este tipo de tecnología, al cuarto año de la plantación ya comienza a recuperarse la inversión y en el 6to o 7mo. año ya se empieza a ganar.
Del otro modo, pasado los 12 años (100% más de tiempo) recién el productor comienza a ganar con el viejo sistema de 400 plantas por has.
Claro que, con la nueva tecnología es impensable tener 1250 plantas en una hectárea si no se tiene un sistema de riego.
INVERTIR Y SER EFICIENTE PARA NO MENDIGARTODOS LOS AÑOS AL ESTADO
Como ya hemos informado otras veces, a pesar de la falta de inversión cada vez más a la vista, el sector citrícola ha crecido durante todos estos años de un modo que alienta a preguntarse ¿ que han hecho con esa ganancia?.
En el quinquenio 2005/10 el crecimiento entoneladas de cítricos producidos, fueron estos : 674.418 ; 739.081 ; 937.271 ;716.328 ; 757.566 y 773.444, respectivamente. La fuente de esta información, por si alguno duda, es el INTA.
Aunque huelga aclararlo, siempre que ofrecemos este tipo de datos, nos cuidamos de la rigurosidad de los mismos, en este caso el INTA, una fuente incuestionable en la materia.
Bien, imaginemos que hubiese sido de este crecimiento sostenido, sí además, los dueños de la tierra y de las quintas, hubiesen invertido como corresponde pues, es de pensar que, si cada año se plantó y cosechó más que el primero de la serie, es porque ha sido negocio.
Bien, pensemos lo que hubiese ocurrido si el dinero ganado hubiese vuelto en inversión.
En la charla mantenida Díaz Velez, DIARIOJUUNIO le preguntó al ingeniero y funcionario del INTA cuanto produce una explotación citrícola pensada con cabeza del nuevo siglo y las nuevas tecnologías.
Las distancias de las plantaciones con tecnología moderna son enormes si se las relaciona con aquellas cuya impronta es la economía familiar. En este punto señaló que las plantaciones con riego tienen altos niveles de laboreo, alrededor de 800 hs/has/ año, contra las 200 horas por hectárea y por año que alcanzan las plantaciones con impronta familiar. Es que, en unas, las exigencias en materia de podas, raleos, etc. es infinitamente mayor y obviamente hace las diferencias.
Díaz Velez fue categórico y señaló este dato duro, una hectárea con 1250 plantas implica una producción (promedio) de alrededor de 32 toneladas de fruta en los primeros años, producción que puede superar las 100 toneladas al alcanzar (las plantas) su máximo esplendor.
En cambio una explotación citrícola con 400 plantas por hectárea (o sea lo que comenzó a hacerse en el siglo pasado, hace ya más de 30 años) logra una producción de 8 toneladas y recién 12 años después de plantadas el productor puede comenzar a obtener ganancias.
Al lado de estos datos, vale destacar el hecho que casi la totalidad de las quintas y productores que invirtieron en riego, no sufrieron el desastre de las recientes heladas.
En otras palabras, producir 4 veces menos que lo que se podría, no es culpa de las heladas, ni de la mala suerte, ni de lo caro de las leyes sociales, ni de trabajadores que viven yendo a los abogados o al sindicato, producir 4 veces menos, parece ser solo una cuestión de inversión y esto, debiera ser un interrogante no solo a los productores, sino al Estado que, aunque debe alentarse y es bienvenido, recién ahora, parece estar planteándose más firmemente el tema de la reconversión productiva.
MENOR CONSUMO EN EL MERCADO INTERNO
Es imposible no pensar en la calidad de la fruta a la hora de interrogarnos sobre el consumo interno.
Los entendidos estiman que una de las razones de menor consumo dentro del mercado interno durante estos años, ha sido la mala calidad de la fruta, en rigor, una responsabilidad exclusiva de los productores que, a su vez, tiene que ver también con la inversión.
Miremos estos datos, en la década del 80, se consumían alrededor de 40 Kg de cítricos por año ; en estos tiempos y desde hace algunos años, el consumo per capita no supera los 12 kilos.
Es obvio que también aquí el Estado debe pensar y establecer sistemas de control que contribuyan a mejorar la calidad delo que consumimos los argentinos en general.
Básicamente se asegura que los productores cosechan la fruta en forma anticipada, incorporando fruta verde. Otra de las razones es también la falta de promoción para el consumo de esta fruta.
