Una denuncia por discriminación para ejercer como enfermera llegó al Inadi Central

“Tengo título y matrícula habilitante” destacó respecto de su preparación como enfermera. No obstante, recalcó que ni en esta gestión ni en las anteriores pudo trabajar como tal. “Siempre quedaba anotada en los padrones de suplencias”, indicó.
Un pequeño resquicio se abrió cuando inició un trámite administrativo ante el director del Felipe Heras, Carlos Vallejos, con el acompañamiento de la subsecretaria de Derechos Humanos. “El director se comprometió a darme trabajo”, recordó. Y aseguró que lo hizo delante de Rubén Bonelli, delegado de Derechos Humanos. “Bonelli es testigo en la causa que yo inicie”, dijo.
Sin embargo, la promesa nunca se cumplió y pasaron los meses. “Cuando la situación lo apuró, me hizo firmar un papel donde yo iba a entrar ad honorem”, dijo Marcela. La intención era que, de esa forma, recuperase la práctica. Pero la idea fue rechazada de entrada. “Vos no le podés decir a un médico que vaya a trabajar un año o dos años gratis para que recuerde de vuelta la práctica. La práctica nunca la vas a olvidar, lo que estudiaste”, indicó.
En el verano de 2010, una médica que lo conocía al director del centro de salud de La Criolla le ofreció una suplencia en ese lugar. “Trabajé desde enero hasta marzo tres meses y tengo una carta de recomendación del director del Centro de Salud donde recomienda mi trabajo que desempeñe allí”, indicó. Luego pudo trabajar un mes en Calabacilla durante este año. “Ahí se cortó todo, nunca más del Estado me volvieron a llamar hasta el día de hoy. El Estado provincial tiene que responder en algo”, indicó.
Sin noticias del Heras, Marcela inició una causa que fue derivada al Inadi Entre Ríos. La repartición decidió remitir el expediente al Inadi Central para que se expida, según una carta firmada por Romina Aquilini, asesora letrada. La denuncia apunta contra Vallejo y la jefa de enfermeras, Rosa Casella.
“Hoy me ofrecen la posibilidad de que me cambie el nombre en el documento y yo me lo cambiaria si me ofrecen lo principal que es la dignidad de un trabajo. El documento a mí no me sirve absolutamente para nada porque me deja una única posibilidad, en mi condición, de que me prostituya para sobrevivir y no es justo”, señaló.
Con las lagrimas en los ojos y la voz que se entrecortaba por momentos, Marcela dijo que desde hace dos años directores u otro personal jerárquico se niegan a atenderlo. “Me cerraban la puerta o nunca estaban. Ahí veo que alguien estádiciendo no y no veo por qué. Que diferencia hay entre mi condición.. ¿Qué es lo que yo tengo que a las personas agradarle? ¿Qué tengo que cambiar? De mi trabajo no tiene una queja, no hay un sumario, no hay nada. Yo admito si ellos tienen una razón valedera”.
“Esto mismo me pasó cuando tenía 16 años. Me negaron el acceso a un banco en una escuela secundaria basándome que era repetidora y era porque era gay y ahora este gobierno está usando una mentira, disfrazando una causa de discriminación para no darme trabajo. Mis compañeros que se recibieron conmigo ya son supervisores de enfermería y yo, a esta altura, estoy reclamando un trabajo: ojalá que el Inadi no se equivoque y vea lo que yo estoy viendo y vieron tantas personas”, indicó.

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